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IESE y el CEPR alerta sobre la deuda en Europa

Un informe coordinado por el profesor de IESE, Javier Vives y publicado por el Center for Economic Policy Research (CEPR) ha puesto el acento sobre el nivel de deuda que registran varias de las economías europeas. Según estos organismos, Bélgica, República Checa, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Rumania y España deben reducir sus niveles de endeudamiento.

Todos estos países deberán acometer un ajuste mucho mayor de lo previsto inicialmente por el grupo de expertos que ha desarrollado el informe, para quienes es preciso reformar las normas fiscales en Europa para poder conciliar la sostenibilidad de la deuda y las políticas de estabilización dispuestas para combatir los efectos de la pandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Ajustes de deuda en Europa

Respecto a las cuotas de ajuste de los países, se explica que la probabilidad de que un país tenga que ajustarse un 2% del PIB o más por encima de su objetivo de 2025 para alcanzar su saldo primario estabilizador de la deuda en 2029, es superior al 70% para los Países Bajos, aproximadamente el 50% para Italia, Rumanía y la República Checa y superior al 40% para Bélgica, Francia y España.

«Probablemente las deudas [de los distintos países] de la UE seguirán siendo sostenibles, pero estabilizar y reducir las ratios de deuda requerirá un mayor ajuste fiscal del que actualmente prevén los gobiernos y del que se espera según la proyección de referencia del FMI», concluyen los autores.

El dólar puede perder protagonismo como moneda de reserva internacional

Según el informe, debido al aumento de las tensiones entre China y Estados Unidos, las sanciones de Estados Unidos contra Rusia podrían tener como inesperada consecuencia socavar la posición del dólar estadounidense como moneda de reserva internacional. La creación de una moneda digital transfronteriza del banco central, el e-CNY, y el establecimiento de su propio sistema de pagos interbancarios transfronterizos, son iniciativas lideradas por China. A través de estas y otras acciones, China está fortaleciendo el renminbi como alternativa a los bancos estadounidenses, al dólar estadounidense y a SWIFT.

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No obstante, la evolución de las transacciones monetarias y financieras internacionales con divisas tiende a cambiar de manera gradual, y el dominio del dólar y el ascenso de China harán que, como máximo, la evolución sea un poco más rápida. Es probable que el dominio del dólar perdure por mucho tiempo, aunque es posible que se enfrente a la debilidad a través de múltiples factores, lo que resultaría en un declive prolongado pero gradual. Sin embargo, esto podría cambiar si las relaciones entre Estados Unidos y China colapsan de forma abrupta, y ambas superpotencias imponen sanciones a otros países por sus vínculos con la otra. Esto podría dividir el sistema monetario internacional en dos grandes grupos de divisas: el dólar estadounidense y el renminbi.

«En tal situación, las naciones deberían optar entre hacer transacciones con el dólar o con el renminbi, dividiendo el sistema monetario global. Esto traería consigo importantes gastos para el intercambio comercial internacional y la estabilidad del sistema financiero a nivel mundial», concluye el informe.

Estabilidad macroeconómica y perspectivas políticas

Arrojando luz, el informe muestra cómo afrontar el desafío que supone la actual crisis inflacionaria y el complicado contexto macroeconómico para el modelo político actual. Es necesario ajustar tanto los precios como los salarios en base a los impactos de la oferta y la demanda causados por la pandemia y el conflicto, evitando así alimentar una inflación duradera.

De acuerdo a los expertos, para enfrentar el impacto de la elevada inflación y el incremento de las tasas de interés, los gobiernos deberían adaptar el modelo político que sostiene la relativa autonomía entre las políticas financiera, monetaria y regulatoria, descubriendo nuevas formas de interacción que les conduzcan hacia una mayor estabilidad.

Para disminuir la vulnerabilidad frente a las crisis de confianza y promover la reducción de la deuda en un contexto de elevado endeudamiento, es fundamental adoptar una estrategia que implique respaldo por parte de los bancos centrales a la deuda pública, garantizando al mismo tiempo que las eventuales pérdidas en el balance de los bancos centrales no comprometan la credibilidad de los objetivos y el cumplimiento del mandato de la política monetaria. Todo ello debe lograrse con costeseconómicos y sociales bajos.

 

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