El frigorífico es uno de los electrodomésticos más importantes del hogar, pero también uno de los que más energía consume. Al estar en funcionamiento las 24 horas del día, es crucial optimizar su uso para reducir el consumo eléctrico y prolongar su vida útil. No hay que olvidar que la nevera puede ser responsable de hasta el 25% de la factura energética.
Consejos para ser más eficientes en el uso del frigorífico
A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos para ser más eficiente con tu nevera, ahorrar en la factura de la luz y contribuir al cuidado del medio ambiente.
Elige un frigorífico eficiente
Si estás considerando renovar tu frigorífico, opta por un modelo de bajo consumo energético. Los electrodomésticos con etiqueta de eficiencia energética A++ o A+++ son hasta un 40% más eficientes que los de categorías inferiores. Aunque el precio inicial pueda ser más alto, el ahorro en la factura eléctrica a largo plazo lo compensa. Además, estos aparatos tienden a ser más respetuosos con el medio ambiente al emitir menos gases de efecto invernadero.
Ajusta la temperatura de manera eficiente
Mantener la temperatura del frigorífico con 5°C y del congelador a -18°C es clave para preservar los alimentos sin consumir más energía de la necesaria. Ajustar el termostato por debajo de estos valores no solo incrementa el consumo, sino que puede provocar que algunos alimentos se congelen en la nevera.
Evita abrir la puerta con frecuencia o dejarla abierta mucho tiempo
Cada vez que abres la puerta del frigorífico, entra aire caliente que eleva la temperatura interna y obliga al motor a trabajar más para enfriarlo nuevamente. Organiza bien los alimentos para encontrarlos rápidamente y abrir la puerta lo menos posible. Además, asegúrate de que la puerta cierre correctamente y que las juntas estén en buen estado para evitar fugas de aire frío.
No introduzcas alimentos calientes
Cuando introduces comida caliente en el frigorífico, la temperatura interna sube, lo que exige más trabajo del compresor para enfriarla. Deja que los alimentos se enfríen a temperatura ambiente antes de guardarlos. Esto no solo ahorra energía, sino que también ayuda a mantener el resto de los productos a la temperatura adecuada.
Mantén el frigorífico lleno, pero sin sobrecargarlo
Un frigorífico lleno tiende a ser más eficiente energéticamente porque los alimentos ayudan a retener el frío. Sin embargo, sobrecargarlo puede bloquear la circulación de aire, lo que reduce su capacidad para enfriar de manera uniforme y obliga al aparato a trabajar más. Mantén un equilibrio: distribuye los productos de manera ordenada y deja espacio para que el aire circule libremente.
Organiza los alimentos correctamente
Coloca los alimentos más perecederos en las zonas más frías del frigorífico (normalmente los estantes superiores o los más cercanos al congelador), y los menos perecederos en las zonas donde la temperatura es más alta. Utiliza los cajones específicos para frutas y verduras, que suelen tener la humedad adecuada para mantener estos productos frescos por más tiempo.
Evita almacenar líquidos sin tapa
Los líquidos que se dejan sin tapar o mal cerrados en el frigorífico pueden evaporarse y aumentar la humedad interna. Esto no solo obliga al motor a trabajar más, sino que también puede afectar la calidad de los alimentos. Utiliza envases herméticos para almacenar líquidos y alimentos, lo que además contribuye a conservar mejor los productos.