Muchos jugadores de videojuegos optan por dejar la consola en modo stand by, lo cual es práctico para mantenerla actualizada y cargar mandos, pero no tanto para el consumo energético y, por tanto, para la factura que pagan periódicamente por este el suministro eléctrico. Teniendo en cuenta esto último, es recomendable apagar la consola por completo si no se va a usar durante un tiempo prolongado. Esto ayuda a ahorrar energía y a prolongar la vida útil del dispositivo.
Los efectos negativos al dejar la consola en stand by
Dejar la consola en stand by es lo mismo que dejar cualquier dispositivo electrónico en modo reposo, o lo que es lo mismo: dejar que el consumo vampiro actúe sobre nuestra factura energética.
En modo stand by, la consola sigue consumiendo energía, aunque en menor cantidad que cuando está encendida. Esto permite que funciones como las actualizaciones automáticas o la carga de mandos sigan activas. Aunque el consumo es reducido, si se deja la consola en stand by constantemente, puede haber un ligero aumento en tu factura de electricidad a largo plazo.
Hay que directamente no quiere dejar la consola en stand by y la mantiene encendida con el juego pausado para reanudarlo en cualquier momento. Sobra decir que, en estos casos, el consumo se dispara, con las consecuencias que esto tiene para la factura.
Impacto sobre el funcionamiento de la consola
Al margen de los consumos de electricidad, hay otro tipo de riegos asociados al modo reposo de la consola. Mantenerla en este modo de forma permanente podría, a muy largo plazo, afectar ligeramente su vida útil.
Si bien es cierto que las consolas modernas están diseñadas para manejar el modo stand by sin sobrecalentarse, hay que asegurarse de que la consola esté bien ventilada y no esté cubierta por objetos que bloqueen las rejillas de ventilación. Para contrarrestar este efecto, hay que cerciorarse de que la consola se encuentra en un lugar en el que hay espacio para la entrada de aire.
Por último, no menos importante, está la cuestión de la ciberseguridad. Si la consola está en stand by y conectada a Internet, podría ser vulnerable a ataques cibernéticos, aunque este riesgo es bajo en la mayoría de los casos. No está de más asegurarse de que el dispositivo tenga contraseñas seguras y autenticación en dos pasos si está conectada a cuentas sensibles (como PlayStation Network o Xbox Live).