Hace aproximadamente un año, los españoles empezábamos a tratar la energía como una prioridad por cuestiones de economía doméstica. Hasta ese momento, poco se hablaba en la calle sobre lo que suponía tener una tarifa de mercado libre o mercado regulado. Pero con el alza de los precios de la electricidad, el debate ha sido una cuestión recurrente.
A pesar de ello, todavía son muchos los que desconocen si pertenecen a uno o a otro mercado energético. El desconocimiento sobre ello sigue siendo la norma y, por lo general, el usuario no se ha detenido en esta importante cuestión que define su factura de la luz.
Diferencias entre el mercado libre y el mercado regulado
Para situar al lector, hemos creído conveniente subrayar las grandes diferencias que hay entre acogerse a una tarifa de mercado libre y otra de mercado regulado:
- En el mercado regulado, el precio que paga cada consumidor por kWh cambia cada día y cada hora. Es decir, la tarifa es cambiante y se paga en función de lo que dicte el mercado.
- En el mercado libre, por el contrario, la factura de la luz establecerá un precio estable por kWh. De esta forma, el usuario sabe cuánto va a pagar por un periodo de tiempo prolongado.
¿Por cuál apostar?
A la hora de elegir la mejor alternativa, se puede decir que las dos son totalmente válidas y aceptables siempre y cuando se adapten a las necesidades de cada uno. Hay usuarios que prefieren tener la tranquilidad de saber cuánto van a pagar por su recibo de la electricidad y se acogen a una tarifa de mercado libre. Es una opción para quienes necesiten planificar sus finanzas para los próximos meses.
Aquellos clientes que pertenecían al mercado regulado son los que más han visto afectados por las subidas de los precios de la energía a nivel global y en España particularmente. De ahí que muchos hayan optado por cambiar su modalidad y pasarse al mercado libre.
A día de hoy, toda factura de la luz incorpora un código QR que lleva a la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Competencia y en ese espacio se indica al consumidor cuál es la mejor tarifa de acuerdo a los consumos generales de una vivienda.
La norma número uno para elegir la mejor tarifa en el mercado es conocer las reglas del juego. Cierto es que hay muchos detalles que se nos van a escapar, pero hay unos mínimos que todo usuario debe tener asumidos para elegir la mejor alternativa posible en sus suministros energéticos. Al final, la decisión es personal.