Ante la política de subvenciones que está llevando a cabo la Administración para la instalación de placas solares en edificios, muchos propietarios se están preguntando por estas y medidas y, lo que es más importante, si merece la pena destinar su inversión en estas infraestructuras. Este contexto de ayudas y el incremento de precios lleva a los consumidores a plantearse estas alternativas con el objetivo de ahorrar en la factura de la luz.
Lo que tiene claro la sociedad es que España es un país que se caracteriza por tener un gran número de días soleados y que, por tanto, es lógico pensar en la fotovoltaica como una alternativa limpia en la transición y en las casas del futuro.
La rentabilidad de las placas solares
La respuesta técnica sobre la rentabilidad de las placas solares es rotunda, aunque en primer lugar hay que tener en cuenta la situación particular de cada consumidor.
Y es que para instalar placas solares en un hogar hay que realizar un análisis previo sobre el nivel de consumo de cada familia o la disponibilidad de los recursos con los que se cuenten. En estos último interviene el tipo de infraestructura existente (el tejado o la superficie que hay para la instalación).
Respecto a la inversión, el importe medio que se está dedicando a esta cuestión oscila alrededor de unos 5.000 euros que se amortizan, en términos generales y contando con las ayudas existentes (40-50%), en unos tres años. Así que se trata de una amortización bastante rápida con el extra de que la vida útil de las placas solares actuales se encuentra entre 20 y 25 años.
Es decir, pasados los tres primeros años, el usuario puede contar con cerca de dos décadas de ahorro en su suministro energético. A lo largo de dicho periodo habrá que contar con ciertos gastos de mantenimiento, pero son cuotas muy bajas o casi inexistentes, según la voz de los expertos.
Es de prever que con esta información la energía solar siga creciendo a pasos agigantados, como así lo ha hecho desde el año 2019. Antes de ese año, había penalizaciones en el autoconsumo. Lo que está claro que es a medio plazo, es un ahorro para la factura medioambiental y económica para los usuarios. Nada menos que hasta un 40% de ahorro es lo que se estima en la factura de la luz, a lo que se puede sumar una parte de energía que se venda a terceros.