El futuro energético de España ha dejado de ser un proyecto distante para convertirse en una realidad tangible, impulsada por el compromiso con la sostenibilidad y la innovación. Esa es la reflexión que recoge Directivos y Empresas de IASOL, entidad fundada en 2005 cuya actividad está dedicada a proyectos de energía solar.
En un contexto global marcado por la urgencia de combatir el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, esta compañía afirma que nuestro país ha emergido como líder en la transición hacia un modelo energético basado en energías renovables.
España: un líder en energía solar y eólica
El camino no ha sido sencillo. Han sido décadas de inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), en las que tecnologías como la energía solar y eólica han alcanzado niveles de madurez que las posicionan como las formas más económicas de producir electricidad. Gracias a sus abundantes recursos naturales, España ha consolidado una ventaja competitiva frente a otros países europeos.
Este liderazgo no solo ha permitido la generación de energía limpia, sino que también ha atraído nuevas oportunidades industriales, como la instalación de gigafactorías de baterías, centros de datos y otros sectores digitales emergentes.
Impacto en el empleo y la economía
El sector de las energías renovables en España emplea a más de 96,000 profesionales altamente cualificados, con un impacto significativo en la exportación de tecnología y conocimiento. Como explica César Gimeno, CEO de IASOL (en la imagen destacada), “España se ha convertido en un referente internacional, atrayendo multinacionales que instalan sus centros globales de renovables en el país”.
Los desafíos en la transición energética según IASOL
A pesar del progreso, el camino hacia un modelo 100 % renovable enfrenta varios desafíos, según la visión de IASOL:
- Intermitencia de las fuentes renovables: Garantizar un suministro constante requiere soluciones como la hibridación de tecnologías, el almacenamiento energético y la gestión inteligente de la demanda. Aunque los costos de las baterías han disminuido un 82 % en la última década, aún falta para su adopción masiva.
- Electrificación de la economía: Actualmente, solo el 40 % de la energía primaria en España es eléctrica. Electrificar sectores clave como el transporte y la industria es fundamental para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Tecnologías emergentes como el hidrógeno verde y los biocombustibles jugarán un papel crucial en este proceso.
- Regulación e incentivos: Será esencial un marco regulatorio que fomente la inversión en tecnologías emergentes y promueva el autoconsumo y la generación distribuida.
El autoconsumo y la participación ciudadana
El autoconsumo y la generación distribuida son esenciales para democratizar el acceso a la energía y fomentar un modelo más equitativo. Aunque España ha avanzado en este ámbito, aún queda trabajo por hacer para alcanzar el nivel de otros países europeos.
El futuro pasa por más Innovación y una mayor colaboración
La transición energética no es solo un desafío ambiental, sino una oportunidad económica y social. Según Gimeno, “la lucha contra el cambio climático requiere la colaboración de todos los países y sectores. España está llamada a liderar este esfuerzo global, demostrando que el cambio es posible”.
Con una estrategia que combine el despliegue de tecnologías maduras con el desarrollo de soluciones innovadoras, España se perfila como un referente en la transición hacia un futuro sostenible, basado en energías renovables y en el compromiso con la protección del planeta.