Los precios de la gasolina y del gasóleo suman tres semanas consecutivas a la baja y acumulan descensos de hasta el 1,9% con respecto a los máximos prevacacionales, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
En concreto, el litro de gasolina marca un precio medio de 1,437 euros en los surtidores, un 0,4% menos que hace una semana y un 1,3% menos que el máximo anual de 1,346 euros marcado a comienzos de mes.
Este combustible, que había arrancado el verano en sus niveles históricos más altos, no está experimentando una escalada de precios en las primeras semanas de vacaciones y cuesta ahora un 2,7% menos que en el inicio del año y un 1,4% menos que en la misma semana del año pasado.
Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,32 euros de media, un 0,5% menos que hace una semana y un 1,9% menos que los máximos prevacacionales. Estos combustible cuesta un 2,7% menos que en enero y un 3,2% menos que en la misma semana del año pasado.
La rebaja en los precios en la última semana coincide con una tendencia a la estabilidad en la cotización del crudo. El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, se cambia por 107 euros, el mismo precio que hace una semana, mientras que el Texas 'sweet light' americano también se mantiene, en 102 dólares.
LLENAR UN DEPÓSITO.
Tras la bajada de la última semana, el llenado de un vehículo de gasolina con un depósito medio de 55 litros de capacidad cuesta 79 euros, frente a los 80 euros de hace tres semanas, mientras que el llenado del depósito de un vehículo de gasóleo asciende a 72,6 euros, fente a 74 euros tres semanas antes.
Los carburantes siguen costando en España menos que en la media de la UE, donde el precio de venta al público del litro de gasolina asciende a 1,582 euros y a 1,606 euros en la zona euro. Por su parte, el litro del gasóleo asciende a 1,414 euros de media en la UE de los 28 y 1,384 euros en la Eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.