La ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha viajado hasta Argelia para reunirse con el ministro local de Energía, Mohamed Arkab y tratar de solucionar los problemas de suministro de gas que hay entre ambos países a causa del próximo cierra del gaseoducto que entra a España desde Marruecos.
Se trata, como señalan fuentes ministeriales de tratar la cooperación energética para seguir estrechando vínculos existentes y proyectos de interés común.
Llega el invierno…
No obstante, en el telón de fondo está una cuestión que preocupa a muchos como es la posible falta de suministro de gas desde el país africano. Sus malas relaciones con Marruecos provocarán el cierre de uno de los dos canales que llegan a España, quedando solo uno como vía de llegada de esta fuente energética.
Una preocupación que para el profesor de OBS Business School, Rodrigo Yagüe, se hace visible con la llegada del invierno en muchos países de la Unión Europea. Rodrigo Yagüe, profesor de OBS Business School.
Argelia y el suministro
Para el profesor, “Argelia es el principal proveedor de gas natural para España y hasta ahora ese gas era transportado a través de Marruecos. Sin embargo el reciente conflicto entre ambos países ha derivado en el cierre de este gaseoducto. Ante este problema España y Argelia han llegado a un acuerdo de suministro mediante dos vías principales: se va a suministrar el 25% del gas a través del gaseoducto de Medgaz, y el otro 75% mediante barcos en forma de gas licuado.
Riesgo muy bajo de suministro de gas a los hogares
Con estos acuerdos alcanzados, “el riesgo de desabastecimiento de gas natural para las familias es realmente bajo porque existen varias vías de abastecimiento. Sin embargo, el hecho de tener que transportar el gas natural por vía marítima va a suponer un sobrecosto que desencadenará inevitablemente en una escalada del precio que vamos a terminar pagando los consumidores; un precio que en estos momentos se encuentra ya en cotas muy altas”.
Así que, por resumir lo que ha dado de sí la reunión de la ministra española con su homólogo argelino, parece que el posible problema de suministro se desvanece, pero habrá que pagar un precio por ello. Este coste posiblemente llegue a los consumidores y seguramente no lo recibirán con agrado, porque esto es un suma y sigue con los precios del gas.