El ex comisario de Energía de la UE, Andris Piebalgs, ha hecho un llamamiento para que Europa lidere la transición energética a nivel mundial “tras haber alcanzado los objetivos a 2020”. Desde ese liderazgo europeo, el experto hizo hincapié en “los incentivos adecuados” que deben tener los participantes en los mercados de energía para poder invertir adecuadamente.
Su intervención se desarrolló en el marco de Energy Prospectives, un ciclo de conversaciones organizadas por la Fundación Naturgy en colaboración con IESE Business School.
Los expertos en cuestiones energéticas conocen perfectamente los planes que tiene Europa para el futuro. El reto más inminente, aunque se proyecte para el año 2050, es lograr la neutralidad de carbono, para lo cual se necesita la acción de empresas y gobiernos del viejo continente.
Aclarado el objetivo, ahora el camino para lograrlo pasa por alcanzar un gran acuerdo verde y diseñar medidas como la implantación de impuestos al CO2 en las fronteras de la eurozona. Sin duda, con esta hoja de ruta, las renovables y la electrificación serán capitales en los próximos años, sin embargo también hay otros asuntos que deberán resolverse para garantizar todas las inversiones necesarias en esta transición.
Hablamos de normativas, estímulos, estabilidad, flexibilidad y una serie de atributos que deben resumir al futuro del sector energético. Cuestiones técnicas que deben ser tratadas al más alto nivel con la participación de expertos no solo del ámbito de la energía, sino también de la economía, la sostenibilidad y el derecho.
Una visión compartida por las personalidades invitadas por Energy Prospectives, un ciclo de conversaciones organizadas por la Fundación Naturgy en colaboración con IESE Business School sobre las condiciones financieras, técnicas y científicas que se vislumbran para el sector energético.
En la última sesión (la tercera de estos encuentros) han participado el ex comisario de Energía de la UE, Andris Piebalgs y Jorge Padilla, investigador del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI) y Head of Compass Lexecon Europe.
Junto a ellos, el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, destacó en la inauguración del acto la relevancia de este tipo de sesiones para aportar “ciencia” al sector energético. Junto a Reynés, la apertura corrió a cargo también de José Luís Suárez, director general de IESE en Madrid, quien declaró que “la transición energética se deja notar en su sector de Finanzas y para afrontarla se necesitan las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza”.
Unas normas que garanticen la transición energética
La intervención de Piebalgs giró en torno a la política de precios del mercado mayorista y la necesidad de disponer de unas reglas de juego claras. Para lograr una transición efectiva, “los mercados de energía necesitan normas claras y bien diseñadas”, porque son los mercados competitivos los que ofrecen resultados eficientes.
“Los participantes en los mercados de energía deben tener los incentivos adecuados para operar de forma eficiente en el corto plazo, para invertir adecuadamente a medio y largo plazo; para internalizar los costes medioambientales; y para innovar”, afirma el experto.
Explicando el protagonismo de las renovables en los próximos años, Piebalgs no duda en la necesidad de disponer de un mercado europeo de electricidad flexible, para lo cual insta a proporcionar señales claras de precios en el entorno mayorista que faciliten la llegada continua de renovables en el continente.
Y es que las energías limpias son la base de una electrificación del sistema. Ese es el futuro que describe el ex comisario, con tendencias claras como el desarrollo de gas bajo en carbono y el impulso del sector coupling (integración de la electricidad y el gas), afirmó.
El potencial de crecimiento de las energías renovables
Es evidente que la generación de energía a partir de fuentes renovables centran todas las miradas a la hora de proyectar el futuro. Hay camino hecho, si bien todavía queda mucho por delante a tenor de los planes que adelantó Piebalgs en la UE.
En su intervención, explicó que hay proyectos eólicos a gran escala en el Mar del Norte y el Mar Báltico, además de solares en el sur de Europa. En su conjunto, “las renovables solo representan en la actualidad el 23% del consumo de energía final de la UE, por lo que el desarrollo del gas renovable bajo en carbono es urgente”, aseveró Piebalgs.
“El biometano, el hidrógeno verde y el hidrógeno gris son las opciones más claras sobre las que se está trabajando, pero hay que desarrollarlos a gran escala”. Lo cierto es que el gas renovable podría tener un enorme protagonismo en España, tal y como atestigua la patronal Sedigas, quien sostiene que la demanda doméstica de gas podría ser cubierta en 2030 con gas renovable, siempre y cuando se facilite la inversión en esta tecnología y se abarate su producción.
En cualquier caso, tanto la patronal como el propio Piebalgs solicitan políticas claras y ambiciosas que aporten competitividad y seguridad en el sistema. “Se debe planificar con anticipación, invertir sabiamente y utilizar la capacidad de los mercados para crear empleo y crecimiento económico”, recomienda el experto.
Abandonar el método de fijación de precios al valor del coste marginal
El otro invitado, Jorge Padilla, investigador de CEMFI y Head of Compass Lexecon Europe, ofreció una perspectiva económica de la integración de las energías renovables en los mercados mayoristas de electricidad.
En la actualidad, las renovables representan el 23% del consumo final de energía en la UE. “El desarrollo del gas renovable bajo en carbono es urgente”
Su charla giró en torno a la forma de fijación de precios de la energía al valor del coste marginal (el coste de la energía más cara marca el del resto del mercado). Este método en este entorno, medita Padilla, puede suponer “una agravación de las dificultades financieras, la inestabilidad del mercado, la volatilidad de los precios y los posibles problemas de seguridad de suministro”.
Es un mensaje a las administraciones en el sentido de hacerles ver su importancia en la moderación de la incertidumbre regulatoria y “controlar la tentación de expropiar las rentas a posteriori. Esto requiere abandonar la ideología del coste marginal a corto plazo que ha caracterizado la intervención en el pasado reciente”, afirmó.
“Los mercados exclusivamente de energía sólo funcionan en circunstancias excepcionales, por lo que necesitamos diseñar mecanismos adecuados de remuneración de la capacidad”.
Generar un entorno de confianza exige mentalidades de este tipo, similares a las que se dieron cuando se liberalizaron los mercados mayoristas de electricidad.
Con ese proceso como ejemplo, Padilla recordó que el paso adelante “fue posible gracias a cambios fundamentales en la tecnología de generación e impulsado por la necesidad de promover una inversión eficiente, garantizar la seguridad del suministro y lograr un mix energético óptimo”.
No obstante, según el investigador del CEMFI, este objetivo pronto se olvidó, y “las intervenciones encaminadas a alcanzar los objetivos de la política industrial y la política medioambiental han distorsionado la formación de precios y las decisiones de inversión, y los precios de mercado no proporcionan las señales adecuadas para la inversión”, según el experto.
Unas redes más tecnificadas y digitales
En aras de seguir la pista de la transición energética, desde Naturgy se insiste en la necesidad de disponer de unas redes de distribución más tecnificadas y digitales.
El director de Redes de Electricidad de España de la compañía, Raúl Suárez, apuesta por configurar las redes de distribución como un elemento clave en la transición energética. “Sin una red de distribución tecnológicamente muy avanzada no será posible optimizar la integración de la generación renovable y desarrollar una verdadera transición energética”, declaró.
Para ello, Suárez considera necesaria una mayor tecnificación. “Es preciso que el nuevo marco retributivo dé señales de rentabilidad suficiente y estable a las inversiones en redes, en especial a las inversiones en digitalización”. Son declaraciones realizadas en un seminario sobre generación eléctrica distribuida organizado por la Fundación Naturgy en Santiago de Compostela.