Una de las primeras preguntas que cualquier usuario debe realizarse a la hora de contratar su suministro eléctrico es acerca de la potencia contratada. Esta cantidad que se refleja en cualquier contrato o factura sirve para que no tengamos problemas en el funcionamiento de todos los aparatos y servicios que tengamos en nuestra vivienda.
Aspectos a tener en cuenta con la potencia contratada
Para empezar, la potencia contratada se expresa en kW. Podemos calcular manualmente nuestras necesidades sumando las potencias nominales de los equipos eléctricos de mayor consumo que vayamos a usar de forma simultánea. Por ejemplo, debemos tener en cuenta el consumo de la lavadora, el frigorífico o el lavavajillas si es que vamos a ponerlos en funcionamiento todos a la vez. Es decir, hay examinar aquellos aparatos que tengan un gran consumo de electricidad. La televisión, por ejemplo, no debería entrar en este primer análisis puesto que su consumo es relativamente reducido.
Añadido a lo anterior, hay que tener en cuenta el aspecto económico, ya que elegir la potencia contratada de acuerdo a nuestros equipamientos y hábitos puede llevarnos a ahorrar en nuestra factura de la luz.
Según la estimación de los expertos, la media de potencia contratada en los hogares en España es de 4,6 kW. Más allá de esta cifra, conviene examinar caso por caso, ya que estamos hablando de términos medios.
Casas grandes o con exceso de equipamiento seguramente necesitan una potencia contratada mayor de lo habitual.
El dato está en la factura
Teniendo claras estas cuestiones, toca echar un vistazo a la factura de la luz. Es ahí donde viene reflejada la potencia contratada de cada hogar. Si te parece que tienes un hogar no muy amplio en dimensiones y con los electrodomésticos y aparatos habituales, tu cifra debería aproximarse a 4,6 kW. Por encima de ello, seguramente estés pagando más de lo que deberías.
Si por el contrario ves que en ocasiones se produce un apagón en casa y ‘saltan los plomos’, seguramente tengas una potencia contratada por debajo de las necesidades. Cambiar este término es muy sencillo a través del teléfono o las aplicaciones oficiales de las operadoras.