El sector de las energías no piensa en otra cosa que en la sostenibilidad y en la innovación, pero todo ello debe verse reflejado en la comunicación y en los mensajes a la sociedad. Rebold nos habla de ello.
Las smart cities, la transformación, industria 4.0 y los cambios en el consumo son el caldo de cultivo perfecto para explorar nuevos negocios y aplicar un proceso de innovación que debe ser constante. Si a eso le añadimos el reto del cambio climático, la sostenibilidad se revela como juez y parte del camino que debe recorrer el sector energético.
Y en eso está, las energías llevan años aplicando la receta de la innovación y la sostenibilidad en su operativa. Sin embargo, con eso no basta para generar un valor añadido que perciba la sociedad. Los cambios también afectan al modelo de gestión, a su forma de comunicar y una actuación más trasparente hacia todos los agentes.
Los mensajes claves que deben llegar desde el sector energético
Resumida esta hoja de ruta, los expertos de Rebold profundizan en las tendencias y mensajes clave en la comunicación en 2020 para el sector. Serán los siguientes:
1Avanzar en el camino hacia la sostenibilidad.
En mayo de 2019, el diario The Guardian modificó su libro de estilo para dejar de hablar de “cambio climático” y utilizar en su lugar otros términos como “emergencia climática”. En este sentido, las empresas del sector realizan importantes avances, y toman decisiones que implican una transformación del mix de producción hacia otros plenamente sostenibles.
De este modo, a lo largo del año será fundamental continuar la comunicación de todos los hechos relevantes y que puedan ayudar a la ciudadanía a entender el papel de la empresas en la transformación de su modelo de producción, en favor de otros más sostenibles y que cumplan con la exigencia de la ciudadanía, a nivel global.
2Sostenibilidad económica: demostrar la excelencia en la eficiencia productiva y de operaciones.
Conjuntamente con la transformación hacia modelos de producción más sostenibles, es necesario regular y hacer eficiente el modelo de producción, con la inversión en tecnología y recursos necesaria. En este sentido, conjuntamente con los procesos de innovación e I+D+i llevados a cabo por las empresas para hacer más eficiente y transparente el proceso de cara a los usuarios finales (dos ejemplos son los Smart Grids o, de cara al consumidor final, los contadores inteligentes), también hay que resaltar la importancia de otros modelos de producción, como es el caso de las cooperativas, y de soluciones que permiten gestionar la demanda energética a medida de cada consumidor.
En el reciente Foro de Davos 2020, se observa además que esta postura no es exclusiva de nuestro país, ya que otros países de Europa están solicitando una postura y agenda común en materia de comercio, tecnología y energía, en lo que se denomina «green deal».
3Cambios tecnológicos: transformación digital.
El sector energético lleva inmerso varios años en procesos de transformación que han revolucionado la producción, almacenamiento y distribución de energía. Según el Informe de Madurez Digital en España 2018, publicado por Minsait (Indra), las tecnologías digitales permiten conocer mejor las necesidades de cada cliente, y permite “optimizar los procesos de fabricación, aumentando la visibilidad, la automatización y la trazabilidad de las operaciones, para reducir costes e incrementar la eficiencia”.
A nivel corporativo, permite segmentar y personalizar los mensajes que recibirá desde la compañía, así como una mejor adecuación de los nuevos productos y servicios que surjan en el futuro con su estilo de vida y consumo energético.
4Incremento de la presión regulatoria.
En un contexto de sectores de producción estratégicos y fuertemente vinculados a la producción base de un país, como es el caso del sector energético, el entorno regulatorio intenta siempre responder a las necesidades del consumidor en el contexto de marco de actuación de las empresas, que además son conscientes de que cualquier movimiento ciudadano tiene un reflejo muy importante en la reputación percibida. Ejemplos recientes son la norma que establecía los criterios para el cierre de centrales térmicas o el más reciente que añade seguridad a la retribución de las energías renovables e trata de sentar las bases para impulsar una transición energética justa.
5Palancas y frenos reputacionales al sector.
A pesar de los esfuerzos para comunicar de una manera veraz y objetiva, en determinados momentos surgen noticias u opiniones que llevan a poner en el punto de mira a determinadas empresas o directivos, y en los que una adecuada respuesta en la gestión de los activos intangibles es fundamental para lograr escalar puestos en la opinión pública.
La reputación es, por tanto, uno de los activos más importantes que tienen las empresas, y que, según el reciente estudio III Estudio Marcas con Valores , «las empresas, como creadoras y distribuidoras de progreso, tienen el deber moral de tomar partido ante los desafíos sociales y medioambientales».