La gestión de patrimonios, conocida también como Wealth Management, ha evolucionado mucho en los últimos años fruto del impacto tecnológico en esta industria. De hecho, son este tipo de soluciones las que ofrecen un valor añadido a las gestoras y las entidades financieras.
Todo ello para afrontar desafíos operativos, regulatorios o por la capacidad de ahorro de costes que implica la digitalización. TechRules, entidad que ofrece una amplia gama de soluciones financieras para banca minorista y personal, gestores de patrimonios privados, gestores de fondos, gestores de activos y carteras, IFA y family offices, comparte las 10 principales tendencias que se darán en el Wealth Management a lo largo de este año.
Las 10 claves del Wealth Management en 2023
Soluciones digitales orientadas al cliente final
Las plataformas serán más sencillas en su navegación con interfaces diseñadas para su mejor comprensión. Así, un cliente tendrá más fácil el análisis de sus carteras e incluso firmar operaciones y propuestas desde su área de cliente. La accesibilidad es una de las grandes demandas de los clientes del Wealth Management y, por tanto, será un aspecto diferencial para las gestoras.
Agregación de posiciones no custodiadas
Basándose en la regulación PSD2, las entidades financieras están proponiendo agregar en sus plataformas las inversiones no custodiadas por ellas para mejorar su conocimiento sobre los clientes. Este afán por el dato iría en beneficio de un mejor asesoramiento posterior y la captación de nuevos activos. La mayoría de las grandes organizaciones de servicios financieros están explorando formas de «converger» para diversificar las fuentes de ingresos y servir a los clientes de manera más integral.
Regulación
La cuestión de la regulación siempre va a estar encima de la mesa de la industria del Wealth Management. Las normas son de obligado cumplimiento y otorgan mayor transparencia a las gestoras. Pese a que la normativa SFDR lleva en vigor desde agosto de 2022, será clave poner en marcha nuevos test de idoneidad que recojan las preferencias de inversión en materia de sostenibilidad.
Ciberseguridad
En cualquier sector, la inversión en ciberseguridad es crucial, pero en actividades como el Wealth Management, esto es irrenunciable al gestionar datos tan comprometidos, tanto a nivel personal como financiero.
Robo-advisors
Estas plataformas permiten a las entidades financieras entregar servicios discrecionales y de asesoramiento. Proporcionan valor para atender personal y digitalmente, a un gran volumen de clientes, ofreciéndoles a la vez, un servicio personalizado.
Onboarding Digital
El aterrizaje de un cliente en una gestora se puede hacer totalmente digital. Es una tendencia que viene de lejos, pero seguirá vigente en este año. Para comodidad de los usuarios, se puede mandar y firmar todas las operaciones requeridas a golpe de clic.
Interacciones a través de las Apps
Las soluciones de nicho de gestión patrimonial deberán estar diseñadas (APIficadas) para acometer de manera sencilla y segura, procesos de integración livianos con subsistemas existentes (p.e. CRM comerciales). Así se consigue disponibilizar a múltiples canales, los datos integrales a través de un único repositorio central.
Diversificación de productos de inversión
Los clientes no solo invierten en acciones, fondos y bonos sino también en criptomonedas y criptoactivos (inmobiliarios, arte, productos financieros), buscando diversificar sus carteras y aumentar sus rendimientos controlando el riesgo en todo momento.
Gestión de riesgos y adecuación de comisiones
La digitalización deberá aportar mecanismos de protección de los patrimonios de los clientes ante escenarios de recesión e incertidumbre y altas cuotas de volatilidad en los mercados.
WaaS (Wealth as a Service)
Se observa que hay una fuerte tendencia en el sector a adoptar infraestructuras de gestión patrimonial como servicio. La migración de estos servicios a la nube va de la mano con la adopción de la digitalización.