Directivos y Empresas

Dónde y cómo invertir mi dinero durante la crisis actual

Estamos viviendo una de las mayores recesiones económicas del último siglo.

Esto ha llevado a la rápida reacción de Gobiernos y Bancos Centrales implementando medidas de estímulo fiscal y monetario sin precedentes, que están afectando de forma directa e indirecta a la cotización de la mayoría de los activos financieros: renta variable, renta fija, divisas y materias primas.

Los inversores se enfrentan a la disyuntiva de si lo peor ha pasado ya o si por el contrario está por llegar. 

La respuesta no es sencilla, porque la crisis ha sido provocada por un fenómeno exógeno y desconocemos como puede ser su evolución durante los próximos meses: ¿habrá un nuevo rebrote de casos a raíz de las medidas de desescalada que se está llevando a cabo ahora?, ¿habrá un nuevo foco virulento en octubre como prevé la OMS?, ¿se encontrará un tratamiento efectivo a corto plazo?, ¿cuánto tardará en llegar una vacuna?, ¿cómo actuarían los Gobiernos si la tasa de infección vuelve a repuntar?, ¿cuántas medidas de estímulo adicionales se puede esperar a corto y medio plazo?, ¿habrá una recuperación en “¿V” de la economía, o será en “U” o “W”?  Sin conocer la respuesta a estos interrogantes es difícil tomar decisiones de inversión, pero podemos planificar escenarios potenciales y actuar en consecuencia. 

Renta Variable

Banco Central Europeo.

En el caso de la Renta Variable, tan importante como decidir si hay que comprar y cuanto porcentaje de mi cartera quiero tener en Bolsa, es la decisión de donde invierto. Por ejemplo, desde 1993 el SP500 se ha revalorizado un 566% frente al 148% del IBEX. Desde 1990 el SP500 se ha revalorizado un 791% frente al -45% del Nikkei225.

Estas diferencias nos dan una idea de lo importante que es la implementación de la idea, y lo mismo podríamos decir del comportamiento sectorial dentro de cada índice bursátil. Si no tenemos experiencia en “stock picking” lo mejor es contratar fondos de gestión activa donde el gestor decide en qué áreas geográficas ve mayor potencial de revalorización y menor riesgo. 

Renta Fija

La Renta Fija, es decir, la inversión en bonos ya no es una opción para el inversor, porque tras años de estímulo monetario y “quantitative easing o QE” la rentabilidad que ofrece este tipo de producto es casi 0% y, en algunos casos, negativa. Una alternativa de inversión con rentabilidad muy baja, pero también con riesgo mínimo, son los depósitos con garantía, donde podemos buscar rentabilidades del entorno del 1%.

Sector inmobiliario

El mercado inmobiliario puede convertirse en una buena inversión a largo plazo. Con el coste de financiar la hipoteca en mínimos históricos, y con una previsión de que los tipos de interés estarán muchos años al 0%, las condiciones son muy favorables. Solo hace falta esperar a una corrección del precio de la vivienda durante los próximos meses, algo muy probable cuando la tasa de desempleo suba y la renta disponible de los ciudadanos baje.

¿Oro y criptomonedas?

Por último, hay dos activos que probablemente merezca tener en cartera, aunque sea en un porcentaje pequeño: oro y alguna criptomoneda. Ambos pueden servirnos para cubrir el riesgo derivado de las medidas de estímulo de Gobiernos y Bancos Centrales, que han generado un endeudamiento crónico y la creación de dinero a un ritmo sin precedente. A largo plazo el incremento de la liquidez puede provocar la pérdida de valor de las divisas tradicionales y, de ahí, que una criptomoneda pueda ser atractiva. Por otro lado, existe el riesgo de presiones inflacionistas pasada la crisis, y el oro ha sido históricamente una buena cobertura ante este riesgo.


Por Pablo Gil – Jefe de Estrategia de XTB

Salir de la versión móvil