Más allá de las duras noticias económicas que siguen llegando, los mercados financieros de todo el mundo están mirando con atención las nuevas medidas estatales que los bancos centrales anuncian cada semana.
Tras el anuncio de otro paquete de préstamos directos por parte de la Reserva Federal y uno de estímulos fiscales por parte del Eurogrupo que se añadiría unánimemente a nivel nacional, los mercados bursátiles y los activos de riesgo en general han seguido recuperándose durante la semana pasada.
A diferencia de los activos de riesgo, los mercados de divisas del G10 no supieron cómo actuar ante estas noticias, y la mayoría de las monedas terminaron la semana tal y como la empezaron. Sin embargo, las divisas de los mercados emergentes y las de materias primas del G10 se sumaron a los activos de riesgo en todo el mundo y se recuperaron con fuerza.
Los mejores resultados se dieron, en general, en las divisas vinculadas al petróleo, fortalecidas por las perspectivas de un acuerdo para reducir la producción que, como consecuencia, resultaría en un repunte de los precios del crudo.
Esta semana estaremos especialmente atentos, por un lado, al ritmo de disminución de las nuevas infecciones por coronavirus en Europa, la recuperación gradual de la economía en China y la confirmación de que los casos en Estados Unidos están alcanzando su punto máximo; y, por otro, a los indicadores habituales como las solicitudes semanales de ayuda por desempleo o las ventas mensuales al por menor en EE.UU., que serán examinados con lupa para evaluar la magnitud de los daños causados por la pandemia.
GBP
A falta de nuevos datos, la clave para el desempeño de la libra esterlina esta semana será el anuncio -previsto para los próximos días- por parte del gobierno británico de si se ampliará el periodo de aislamiento más allá del 29 de abril.
Esperamos que el aislamiento continúe y, probablemente, los mercados también contemplan esta opción, por lo que seguramente la libra seguirá los movimientos del euro contra el dólar.
EUR
La eurozona ha incluido un paquete de rescate fiscal internacional de aproximadamente el 4% de su PIB combinado a la batería de medidas destinadas a mitigar el impacto económico de la pandemia. Aunque la cifra es más modesta que las que se están barajando en EE.UU., hay que tener en cuenta que este paquete se suma a las medidas de estímulo que está tomando cada país con el apoyo del BCE.
Sin embargo, los estados del país norteamericano, de forma individual, no pueden ofrecer mucho estímulo fiscal propio y dependen, casi exclusivamente, de los programas federales. La velocidad y magnitud de la respuesta general de la Eurozona ha sido impresionante, y por ello creemos que tarde o temprano esto dará como resultado un euro más alto.
USD
La Reserva Federal lanzó la semana pasada otro programa de préstamos para continuar apoyando a su economía. El nuevo paquete incluye préstamos a gobiernos locales y estatales -una pieza fundamental del rompecabezas dada la caída de los ingresos fiscales y su incapacidad para hacer frente por sí mismos a los déficits- . Sin embargo, las solicitudes semanales de desempleo (el indicador más preciso para evaluar el daño causado por la crisis), siguen superando incluso las expectativas más pesimistas.
Si bien la respuesta fiscal y monetaria en Estados Unidos está siendo proporcional a la magnitud del problema, seguimos creyendo que su contracción será más profunda y prolongada que en Europa, y mantenemos nuestro optimismo sobre el euro.
Por Enrique Díaz Álvarez – Director de Estrategia de Ebury