Más gastos y muchos menos ingresos. Esta es la tónica que prevalece actualmente en el sector industrial. Una dinámica nada buena que pone en alerta a la economía española, al igual que los balances publicados recientemente por el Banco de España.
La institución ha dado a conocer que las empresas de este ámbito han registrado una caída del 40% en sus datos de beneficios brutos, antes de impuestos e interés, correspondientes al segundo trimestre de 2023. Un desplome que viene precedido de la caída del 15% registrada en los tres primeros meses del año.
Las consecuencias en el empleo en el sector industrial
La caída de las ventas también ha tenido su efecto negativo en el panorama laboral, ya que la industria española ha perdido más de 60.000 puestos de trabajo. Para el profesor de OBS Business School, Víctor Ruiz Ezpeleta, “sorprende que ha habido una destrucción de más de 60.000 puestos de trabajo durante la primavera, que contrasta con el aumento o el beneficio de otros sectores como el de la energía (un 84,8%), las comunicaciones (12,3%) o la hostelería que, aunque ha descendido ligeramente.
Según indica este experto, estos malos resultados del sector industrial están motivados por la subida de las remuneraciones salariales (un 6,4% liderado principalmente por las grandes empresas y las medianas de sectores como el comercio y la hostelería), así como por la inflación en el precio de los materiales. Este cóctel ha causado un resultado económico muy negativo.
Siguiendo con indicadores negativos, el profesor se detiene en el excedente bruto de explotación, que es el excedente generado por las actividades de la explotación una vez recompensado el factor trabajo. Este otro dato también está disminuyendo tanto trimestral como interanualmente, cuando tenía subidas superiores al 20%. Ahora la variación interanual está en el 10% y la trimestral se está acercando al cero.
“En definitiva los datos son negativos: una caída de los beneficios del 40% es una caída muy importante que no termina de reflejar la recuperación que se anunciaba tras la pandemia y ello hace pensar en una desaceleración o incluso una estanflación en el corto o medio plazo”, concluye Ezpeleta.