Este jueves, la tradicional reunión de banqueros centrales en Jackson Hole se perfila como un evento crucial para el futuro de la economía global. Cada año, este simposio, organizado por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, se convierte en el foco de atención de economistas, inversores y responsables de políticas monetarias de todo el mundo.
Sin embargo, en esta ocasión, la atención es mayor, ya que se espera que Jackson Hole marque el inicio de un nuevo ciclo de bajadas de tipos de interés en Estados Unidos, un movimiento largamente esperado por los mercados.
Expectativas del Mercado: Un Ciclo de Recortes Prolongado
La anticipación de que la Fed iniciará un ciclo de bajada de tipos está alimentada por varios factores. En primer lugar, los mercados de futuros han comenzado a descontar un recorte de 200 puntos básicos durante el próximo año, lo que sugiere que los inversores creen que la Fed mantendrá una política de recortes prolongada que podría extenderse hasta septiembre de 2025. Este recorte comenzaría el próximo mes de septiembre, justo después del encuentro de Jackson Hole, y continuaría de manera gradual durante los próximos 12 meses.
Las expectativas del mercado están respaldadas por la opinión de muchos expertos en la industria financiera. Una encuesta reciente realizada por Bank of America a gestores de fondos reveló que la mayoría de los encuestados espera que la Fed realice al menos cuatro recortes de tipos durante el próximo año. Esta predicción se alinea con la percepción general de que la Reserva Federal se está preparando para actuar de manera decisiva en respuesta a las señales de debilitamiento económico y a la moderación de la inflación.
La Fed y el empleo: un cambio en el enfoque
Durante los últimos meses, la Reserva Federal ha mantenido un enfoque cauteloso respecto a la política de tipos de interés. A pesar de las crecientes presiones para iniciar un ciclo de bajada de tipos, la Fed ha evitado hacerlo antes de tiempo, consciente de los riesgos asociados a un movimiento prematuro. Uno de los principales temores ha sido la posibilidad de que un recorte precipitado pueda desatar un nuevo repunte de la inflación, un problema que la Fed ha estado combatiendo con una serie de aumentos de tipos agresivos.
No obstante, la situación ha cambiado recientemente. La inflación en Estados Unidos ha mostrado signos de moderación, y los últimos datos sugieren que podría estar en camino de alcanzar el objetivo del 2% que la Fed se ha fijado para el mediano plazo. En julio, la inflación interanual cayó al 2,9%, acercándose al nivel deseado. Con la inflación bajo control, la Fed ha comenzado a centrar su atención en la otra mitad de su mandato dual: el empleo.
El mercado laboral en Estados Unidos, que ha sido un pilar de fortaleza en los últimos años, ha comenzado a mostrar signos de debilitamiento. Los recientes informes sobre empleo indican una desaceleración en la creación de puestos de trabajo y un leve aumento en la tasa de desempleo. Estos indicadores han llevado a los mercados a asumir que ha llegado el momento para que la Fed considere un cambio en su política y comience a recortar los tipos de interés para evitar una mayor erosión del mercado laboral.
La reunión de Julio: un indicio de lo que vendrá
La última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, celebrada en julio, ofreció pistas importantes sobre la dirección futura de la política monetaria. Durante esa reunión, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, reconoció que la economía estadounidense se estaba acercando al momento adecuado para iniciar una bajada de tipos. Sin embargo, también subrayó que cualquier decisión estaría basada en un análisis exhaustivo de los datos económicos, y no en un solo indicador.
En sus declaraciones, Powell mencionó que el sentimiento general dentro del Comité era que la economía estaba cerca del punto en el que sería necesario reducir los tipos de interés, pero que aún no se había alcanzado ese punto. De hecho, durante la reunión de julio, se discutió la posibilidad de un recorte inmediato, pero la mayoría de los miembros del Comité optaron por esperar un poco más. Este debate interno subraya la cautela con la que la Fed está manejando la situación, reconociendo la necesidad de actuar, pero también la importancia de no precipitarse.
Septiembre, sin embargo, parece estar marcado en el calendario como el momento en que la Fed podría finalmente dar el paso y comenzar a recortar los tipos. La reunión de Jackson Hole se presenta como una oportunidad ideal para que la Fed comunique sus intenciones y prepare a los mercados para lo que viene.
Un ciclo de recortes más breve
Históricamente, los ciclos de recortes de tipos de la Fed han sido prolongados, con la institución reduciendo los tipos de interés durante más de dos años en la mayoría de los casos. La única excepción reciente fue el ciclo de recortes durante la crisis del Covid-19, que fue más breve pero también más agresivo. En ese caso, la Fed partía de un nivel de tipos ya bajo, lo que facilitó la rápida implementación de recortes adicionales.
La situación actual es diferente. Los tipos de interés en Estados Unidos se han elevado agresivamente en los últimos años, alcanzando el 5,5%, el nivel más alto en más de cuatro décadas. Este aumento, el más rápido en 40 años, fue necesario para controlar la inflación galopante que amenazaba con desestabilizar la economía. Ahora, con la inflación bajo control, la Fed se encuentra en una posición en la que puede permitirse comenzar a reducir los tipos, aunque el ciclo de recortes que se anticipa será más breve que los anteriores.
Según las proyecciones actuales del mercado, el ciclo de bajada de tipos comenzará en septiembre de 2023 y podría finalizar en septiembre de 2025. Durante este período, se espera que la Fed realice varios recortes en rápida sucesión. Se anticipa un primer recorte de 25 puntos básicos en septiembre, seguido de una reducción más significativa en la reunión de noviembre o diciembre de este año.
Jackson Hole como punto de partida
El simposio de Jackson Hole es el evento ideal para que la Reserva Federal comience a trazar su estrategia de bajada de tipos. Este encuentro no solo proporciona una plataforma para que la Fed comunique sus intenciones, sino que también permite a los responsables de la política monetaria de todo el mundo evaluar la situación y ajustar sus propias estrategias en consecuencia.
Aunque aún no hay una confirmación oficial de que la Fed iniciará el ciclo de recortes en septiembre, la expectativa es alta. Si la Fed decide seguir adelante con los recortes, marcaría el comienzo de un nuevo capítulo en la política monetaria estadounidense, con implicaciones significativas para la economía global.
Este posible ciclo de bajada de tipos no solo afectará a los mercados financieros, sino que también tendrá repercusiones en la economía real. Las empresas podrían beneficiarse de un menor costo de endeudamiento, lo que podría estimular la inversión y el crecimiento. Los consumidores, por su parte, podrían ver una reducción en las tasas de interés de sus préstamos, lo que aliviaría parte de la presión financiera.
Sin embargo, también existen riesgos. Un ciclo de recortes demasiado rápido o demasiado profundo podría desencadenar una nueva ronda de inflación, algo que la Fed intentará evitar a toda costa. Por lo tanto, el enfoque cauteloso y dependiente de los datos que ha adoptado la Fed será clave en los próximos meses.
La reunión de Jackson Hole de este año se está configurando como un evento crucial en la política monetaria global. Con los mercados y expertos alineados en la expectativa de que la Fed iniciará un ciclo de bajada de tipos, todas las miradas estarán puestas en este simposio. Si la Fed confirma estas expectativas, estaremos ante el inicio de un proceso que podría remodelar el panorama económico en los próximos años.