Hasta que no se solucionen los problemas estructurales que padece el mercado laboral en España, siempre se debatirá sobre lo que conviene o cambiar en el sistema. Josep Ginesta, profesor de OBS Business School y secretario general de PIMEC, recomienda que las autoridades se fijen en el modelo de Dinamarca, un país donde concurre una amplísima tradición del diálogo social y en el que los agentes sociales gozan de un buen reconocimiento.
Desde el diálogo, algo que no suele suceder con frecuencia en España en materia laboral, Dinamarca ha sabido construir un modelo capaz de solucionar problemas desde la raíz. El dato que recuerda el profesor llama la atención, al señalar que este país nórdico fue pionero en la firma de los primeros convenios colectivos de la historia (año 1839). Esa costumbre ha dado lugar a la regulación actual de su mercado de trabajo y al entendimiento de los agentes, lo cual ha derivado en medidas constructivas, soluciones y acuerdos estructurales.
No obstante, el experto recuerda que Dinamarca es un país caracterizado por una baja intensidad regulatoria. “Disponer de una baja intensidad de regulación no es sinónimo de falta de derechos, pues la calidad en cuanto a los salarios, horarios, etc, del mercado laboral danés es mucho mejor que el nuestro”, señala Ginesta.
¿Cómo combate Dinamarca el desempleo?
Además de razones culturales de diálogo social, hay iniciativas concretas danesas que son exitosas para combatir el desempleo estructural. Allí prima la gestión municipal para los casos de personas en paro. Su gestión es más cercana. Pero además de tener derecho estas personas a una buena cobertura, también tienen importantes obligaciones. “Cada semana los desempleados deben visitar su oficina municipal de empleo y dar cuenta de las acciones de búsqueda que han realizado durante esa semana. En definitiva se trata de un compromiso en el que la persona se obliga emplearse a fondo en la búsqueda de empleo, también mediante las políticas públicas de capacitación y orientación municipales”, señala el profesor.
La situación del mercado laboral en España
Esta mirada al modelo danés viene a cuenta de un momento complicado (nuevamente) del mercado laboral en España. Nuestro país acumula hoy el 27% del desempleo de la UE, lo cual significa que cuenta con un paro estructural muy importante. Esto para el profesor de OBS obedece en parte a una visión poco integral e integradora de las políticas de empleo en su conjunto.
Por otra parte, el experto señala como problemática a la distribución de competencias entre políticas activas y pasivas. Esta mezcla entre autonomías y administración central “no ayuda a que haya una visión integral del problema del desempleo y el tránsito efectivo de las personas hacia el trabajo. Tendríamos que terminar con la paradoja 80-20: España invierte el 80% de los recursos para sufragar las prestaciones por desempleo y subsidios, mientras que solo el otro 20% se utiliza para políticas de formación, capacitación y la mejora de la empleabilidad”, señala el secretario general de PIMEC.
Las consecuencias de la última reforma laboral
Respecto a la última gran reforma laboral aprobada por el gobierno hace meses, Ginesta afirma que se han producido dos grandes consecuencias desde su implantación:
- Por un lado, se está observando una modificación del porcentaje de personas con contratos indefinidos y las que tienen contrato temporal y por tanto se ha resuelto parcialmente la problemática de la dualidad en el mercado de trabajo español. Sin embargo, aunque sí parece una tendencia, se trata de una consecuencia más estadística que práctica porque un alto porcentaje de los contratos indefinidos que se están realizando son fijos discontinuos y por tanto no generan estabilidad y están sujetos a las dinámicas de los diferentes sectores.
- Por otro, se están formalizando menos contratos temporales y, si bien muchos han pasado a ser indefinidos y por tanto no se repiten en el tiempo, en algunos sectores como el turístico muchas empresas han optado por incorporar menos personal ante los desequilibrios de su actividad, los mayores costes que deben asumir y la rigidez de la normativa a la hora de contratar temporalmente.