La crisis económica es la fase de un ciclo económico en el que se presenta un periodo de escasez en la producción, comercialización o consumo de los bienes y servicios. Se conoce por sus efectos negativos, representados por:
- La recesión, comprendida como movimiento cíclico descendente;
- La contracción, cuya influencia se nota al caer la actividad por debajo del nivel mínimo del ciclo anterior (por lo general: un año), y;
- La depresión, es el caso más extremo que puede sufrir una nación, caracterizado por sus efectos y duración cuyas condiciones provocan la inestabilidad cíclica.
Las crisis financieras más importantes
Entre los eventos que moldearon la economía actual se encuentran:
Gran Depresión, 1930
El conocido Crash financiero del decenio de 1929, pasó a la historia como la Gran Depresión. Fue el periodo en el cual la economía global entró en un periodo de estancamiento inusual, cuyos efectos siguieron hasta concluir la Segunda Guerra Mundial.
Hasta la actualidad ha sido, con frecuencia, usada como paradigma de la forma en la cual se puede producir un deterioro en el orden económico mundial.
Los efectos más relevantes de este evento son:
- La caída de la renta nacional, ingresos fiscales, beneficios empresariales y precios.
- El comercio internacional se contrajo hasta un 50 por ciento de su valor inicial.
- El desempleo en la actual Primera Potencia cayó más de un 20 por ciento, y casi un 40 por ciento en el resto de los continentes.
Crisis petrolera, 1973
Unos de sus principales efectos fue el incremento del precio del barril, unánime al aumento exuberante de la inflación; asimismo, se produjo un bajo crecimiento económico y alto índice de desempleo.
Los países de la OPEP nacionalizaron las empresas petrolíferas y observaron un notable aumento de sus beneficios. Por este periodo, marcado gracias a la economía estancada, se acuñó el término «estanflación».
Crisis de las deudas, 1980
El alza de los precios del petróleo en el decenio de 1970 provocó un gran excedente financiero en forma de petrodólares, que se tradujeron en préstamos a países en desarrollo, especialmente latinoamericanos.
Asimismo, aunque no es la misma magnitud, afectó a otros países tanto al sur como el este de Europa, diversas naciones del Asia Oriental y otros en el continente africano.
Las tasas de interés en Estados Unidos y el resto del mundo ocasionó que los países deudores se ubicarán en la suspensión de pagos, entrando, en consecuencia, en una crisis financiera que tardarían una década en superar.
Crisis del tequilla, 1994-1995
La entrada de capital a México a principios década de 1990 fue exorbitante, y se consideró una parte esencial en la apertura económica de la nación.
A fin de ese año, los ataques especulativos llevó a reducir el nivel de reservas internaciones a más de la mitad. De US$17 mil millones, la nación solo disponía US$6 mil millones. El tipo de cambio, en consecuencia, se contrajo casi al ciento por ciento.
El colapso de la economía fue el primero que cuestionó los prometedores resultados de la globalización.
Los inversionistas buscaron formas de desvincularse del país: temían que no pudiera sustentar las exigencias inmediatas en moneda extranjera, incluyendo privadas y públicas.
Se optó por realizar un programa de ajuste financiero valorado en más de US$50 mil millones. Hacienda logró formarlo con el aporte de organismos financieros internacionales:
- El gobierno de Estados Unidos,
- El Banco de Canadá, y
- El Banco de Pagos Internacionales.
Es considerado uno de los primeros mega-rescates a escala internacional.
Crisis asiática, 1997
Fue uno de los periodos de dificultad económica que se apoderó de Asia en el decenio de 1990; aumentó, a nivel internacional, el temor de una depresión por contagio financiero.
Todo comenzó con la devaluación de la lira, la moneda tailandesa. Quién no tardó en afectar a Malasia, Filipinas e Indonesia; y, más tarde, a Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán.
Después de este acontecimiento, los inversionistas internacionales se volvieron precavidos cuando prestaban dinero a países en desarrollo, aumentando las ralentizaciones económicas en muchas partes del mundo.
Crisis del vodka, 1998
Rusia fue una de las naciones más afectadas por la Crisis Asiática, gracias al declive de los precios de las materias primas a nivel internacional. En ese tiempo, correspondía a más del 80 por ciento de las exportaciones rusas.
Dicha crisis se produjo al unísono de la desaceleración económica mundial.
Crisis del Samba, 1999
Los eventos en Rusia no tardaron en afectar a Brasil a finales del milenio. Se comenzó a notar la degradación de su economía en la misma medida en que los mercados financieros internacionales fluctuaban a causa de los problemas en Rusia.
Las tasas de interés brasileñas aumentaron más de un 30 por ciento en 12 meses, ocasionando que su ostentosa deuda interna se elevará a niveles insospechados.
Tanto el FMI como otras instituciones internacionales se ofrecieron a contribuir en un fondo de préstamo valorado en más de US$40 mil millones.
Crisis financiera global, 2008-2009
Se considera, tras el crash de 1929, la crisis más grave y extensa.
Fue producto del colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, que, en 2007, provocó la crisis de las hipotecas subprime.
Entre las repercusiones de la crisis, se destaca el contagio al sistema financiero internacional, garantizando la desaparición de bancos de inversión importantes, como Bear Stearns y Lehman Brothers, y el desplome de los principales mercados accionarios a nivel internacional.
Recuperación y Políticas Implementadas
En la exploración de las crisis financieras más importantes, hay que hablar de las medidas tomadas por gobiernos y organizaciones internacionales para mitigar los efectos devastadores de estas crisis.
Un ejemplo destacado es la respuesta a la crisis financiera global de 2008-2009, considerada una de las más severas desde la Gran Depresión. En Estados Unidos, el Plan de Estímulo Económico, conocido oficialmente como el American Recovery and Reinvestment Act (ARRA) de 2009, desempeñó un papel crucial en la reactivación de la economía mediante la inyección de fondos federales en diversos sectores, desde infraestructura hasta energías renovables, con el objetivo de crear empleos y estimular el gasto.
Además, la Ley Dodd-Frank de Reforma de Wall Street y Protección al Consumidor se introdujo para aumentar la transparencia y la supervisión en el sistema financiero, buscando prevenir la repetición de las condiciones que llevaron a la crisis. Esta legislación incluyó medidas para mejorar la regulación de los derivados, aumentar los requisitos de capital para los bancos, y crear la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, encargada de proteger los intereses de los consumidores en el sistema financiero.