No parece que vaya a salir gratis el Plan de Recuperación, transformación y Resiliencia en España. De hecho, ya se empieza a hablar de nuevos impuestos que está preparando el gobierno en materia de movilidad. Impuestos que sentirán especialmente los conductores, al tratarse de combustibles, infraestructuras o tipos de motorizaciones de los vehículos.
Javier San Martín, profesor de Logística sostenible de OBS Business School, explica todos estos añadidos impositivos que esperan a quien se siente al volante de su coche en España.
Impuesto por las carreteras
Para empezar, la tasa por la utilización de las carreteras españolas empezaría a aplicarse en la totalidad de las mismas, algo que sucede en 23 de los 25 países de la UE. En España se vienen pagando peajes pero solo afecta a las vías concesionarias, lo que ocurre es que michas de esas concesiones están muy próximas a vencer.
“Se habla de la posible aplicación en España de la llamada Euroviñeta por uso, que va a afectar a los turismos con un pago de 9 céntimos por kilómetro y a los vehículos de transporte de mercancía pesada con 19. Se trata de un coste importante que podría llegar a suponer en algunos recorridos hasta 150€ en las distancias máximas de punta a punta de la península para un vehículo tipo tráiler”, explica el profesor.
¿Por qué este impuesto a las carreteras?
San Martin sostiene que podría haber dos razones para impulsar este impuesto a los conductores. Por un lado, destaca la cuestión medioambiental europea (“quien contamina, paga”), y por otro destaca que el gobierno tiene una necesidad imperiosa para conseguir nuevas formas de financiarse por el elevado déficit público que hay actualmente.
¿Cómo se aplicaría?
Según apunta el profesor de OBS, existen varias posibilidades en las que estaría trabajando el ejecutivo para gravar este impuesto:
- Una tasa anual según cada tipo de vehículo.
- Un pago por kilómetro basado en el peaje tradicional.
- Un pago por kilómetro basado en sensores colocados en el vehículo para detectar cuando entra o sale de una vía de alta capacidad.
- Los últimos países que han puesto esta tasa lo han hecho con un sistema de reconocimiento de la matrícula que asocia el vehículo a un propietario y una cuenta, y simplemente se cobra la tasa cuando se detecta que el vehículo ha utilizado una vía de pago.
Impuesto al diésel
El otro impuesto que afectaría a los conductores ya venía sonando desde hace tiempo. Se trata de un impuesto especial al diésel que podría ser incluso superior al de la gasolina. “Ahora mismo no tiene mucho sentido que el Diesel tenga unos impuestos especiales inferiores a otros combustibles”, razona el profesor.
Impuestos a los vehículos que más contaminen
La siguiente tasa que podría afectar el bolsillo de los conductores españoles tiene que ver con lo limpio que pueda ser su vehículo, pues el ejecutivo pretende gravar más a los vehículos con motorizaciones más contaminantes. “No queda muy claro cómo se hará, si se utilizarán diferentes baremos para determinar la capacidad de contaminar en función de la antigüedad del motor, el tipo de motor y el de combustible, o se hará una transformación completa del impuesto y se buscará otra manera de gravar que prime la existencia de motores más ecológicos”, mantiene el experto.
Lo cierto es que estos nuevos impuestos llagarían para pagar los compromisos con el medioambiente que ha adquirido España y Bruselas. Las legislaciones en esta línea serán crecientes en el futuro y, según la opinión de este profesor, “debemos acostumbrarnos a ello, porque estarán a la orden del día e irán creciendo según aumenten los compromisos de las directivas europeas, en especial todo lo relacionado con el Tratado de París y con el Plan de Descarbonización”.