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La salud laboral es cosa de todos: las responsabilidades de las plantillas

Salud laboral es cosa de todos

La seguridad y salud en el trabajo es una tarea compartida que requiere el compromiso activo de todos los integrantes de la empresa. Si bien la compañía tiene la obligación de proporcionar los medios y la formación necesarios, los trabajadores deben asumir su parte de responsabilidad para garantizar un entorno seguro. Por sentido común y por cuestiones normativas, la corresponsabilidad es el pilar de toda cultura preventiva.

Muy a menudo, en el ámbito de la salud laboral se suele citar a la empresa como responsable de la seguridad de sus empleados, sin embargo, se suele olvidar a los trabajadores como parte activa de dicha cultura. Así pues, más que hablar de responsabilidad hay que aludir al concepto de la corresponsabilidad en el cumplimiento normativo aplicable a la salud laboral. Y es que un ambiente seguro no solo debe recaer en las organizaciones, servicios preventivos como el que pueda representar Quirónprevención y responsables de áreas, sino también en el conjunto de los empleados.

La normativa vigente establece que los trabajadores también deben colaborar activamente para minimizar los riesgos, convirtiendo la prevención en una tarea compartida que requiere compromiso y conciencia colectiva. De este modo, hay que hablar también de responsabilidades y obligaciones en toda la estructura de un negocio, incluyendo su capital humano. Echando un vistazo al marco legislativo español, compuesto por el Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se observa claramente que existen deberes que cada trabajador debe asumir para contribuir a la seguridad laboral.

La normativa que define la corresponsabilidad en la salud laboral de una organización Entrando en detalle de lo que dice la ley, el artículo 19.2 del Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, establece que el trabajador está obligado a observar las medidas de seguridad y salud en su trabajo. Por su parte, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 29, detalla las obligaciones concretas que los empleados deben cumplir, entre ellas:

Este marco pone sobre la mesa que la seguridad en una entidad es un compromiso conjunto, donde la falta de colaboración por parte de los empleados puede poner en peligro no solo su propia integridad, sino también la de sus compañeros. En esencia, el contenido de las normas se parece mucho a todo lo relativo con la seguridad vial, en donde todos los conductores tienen que cumplir una serie de obligaciones en las carreteras.

Incumplir la normativa tiene consecuencias para la plantilla

De la misma forma que sucede en el tráfico de vehículos, el incumplimiento de las medidas de prevención por parte de los trabajadores puede acarrear diversas consecuencias, que van desde sanciones disciplinarias hasta responsabilidades civiles y penales.

1. Responsabilidad disciplinaria: El artículo 58.1 del Estatuto de los Trabajadores permite a la empresa imponer sanciones a aquellos empleados que desobedezcan las directrices de prevención. Estas sanciones pueden ir desde una simple amonestación hasta el despido disciplinario, dependiendo de la gravedad de la infracción. Un ejemplo claro sería el caso de un trabajador que, pese a las reiteradas advertencias, se niega a utilizar el casco de protección en una obra. Esta actitud no solo pone en riesgo su seguridad, sino que puede dar lugar a una sanción grave, llegando incluso a la terminación de su contrato laboral.

2. Responsabilidad civil: Si el incumplimiento de las medidas de prevención provoca daños a terceros, el  trabajador responsable y negligente podría ser obligado a indemnizar a la víctima. Si bien es cierto que el artículo 1903 CC regula la responsabilidad del empresario por los daños que causen los trabajadores a su cargo, la responsabilidad final podría decaer sobre el empleado solo si el empresario prueba que empleó toda la diligencia para evitar el riesgo. En este caso, el empresario podría reclamar la indemnización abonada a la persona accidentada al trabajador causante del siniestro.

Fomentar una cultura preventiva con formación, reconocimiento y comunicación es clave para evitar accidentes laborales

3. Responsabilidad penal: En los casos más graves, cuando la negligencia del trabajador provoca lesiones a terceros, pueden derivarse responsabilidades penales. El Código Penal prevé penas de prisión de hasta tres años para quienes, por imprudencia grave, causen daños físicos a otra persona. Un ejemplo ilustrativo sería el de un conductor de maquinaria pesada que no respeta las normas de seguridad y provoca un accidente que deja a un compañero con secuelas permanentes. En este caso, el trabajador podría enfrentarse a un proceso penal, además de las posibles consecuencias civiles y disciplinarias.

Conductas temerarias: ¿Qué ocurre si quien incumple es quien sufre el daño?

Existe la creencia errónea de que la empresa siempre debe indemnizar a los trabajadores accidentados. Sin embargo, los tribunales han dictado numerosas sentencias que eximen a la empresa de responsabilidad cuando el accidente se debe exclusivamente a la imprudencia del propio trabajador.

Por ejemplo, en una sentencia del Tribunal Supremo de 2020, se rechazó la reclamación de un operario que sufrió una caída tras desobedecer la instrucción de utilizar un arnés de seguridad. El fallo consideró que la empresa había proporcionado todos los medios necesarios y había impartido la formación adecuada, por lo que el accidente se debió a la conducta temeraria del trabajador.

La cultura preventiva como herramienta clave

La mejor forma de evitar accidentes es fomentar una cultura preventiva dentro de la empresa. Esta cultura se basa en la concienciación, la formación continua y la participación activa de todos los miembros de la organización. Las empresas pueden adoptar diversas medidas para promover la corresponsabilidad, como:

El cumplimiento de las medidas de prevención no solo protege la salud, sino que también contribuye a crear una cultura de trabajo basada en el respeto, la colaboración y la solidaridad. Este es uno de los mensajes que siempre suele traslada Quirónprevención a sus clientes. Solo mediante la implicación conjunta será posible construir entornos laborales seguros y sostenibles, donde la prevención se convierta en un valor compartido por toda la organización.

Las empresas deben impulsar la corresponsabilidad en seguridad, promoviendo la concienciación y buenas prácticas entre sus equipos

 

 

 

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