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Resolviendo las dudas sobre los exámenes de salud laboral en las empresas

Examenes de salud laboral

El examen de salud laboral no es un simple trámite ni debe ser una exigencia molesta. Es una herramienta diseñada para cuidar la salud de los trabajadores y garantizar que su entorno laboral sea seguro. Por este motivo, es importante recordar que invertir en seguridad y salud en el trabajo no solo es cumplir con la ley: mejora la calidad de vida y la productividad de todos.

Los exámenes de salud en las empresas parecen una rutina que para muchos es molesta o innecesaria, pero este tipo de procesos tienen una importancia capital tanto para los trabajadores como para las propias organizaciones. Por ello, hay que entender este chequeo como algo más profundo y no como un mero trámite para cumplir con la normativa.

Efectivamente, la ley dice que el empresario debe ofrecer a sus trabajadores una vigilancia de su salud, si bien los propios empleados tienen la opción de someterse a este examen de manera voluntaria salvo en ciertas excepciones que se contemplan en el artículo 22 de la ley de PRL. La recomendación de expertos como Quirónprevención, entidad de referencia en España en este tipo de cuestiones, es llevar a cabo los exámenes de salud de una forma rigurosa, ya que los resultados pueden marcar la diferencia en la salud laboral de personas y entidades.

En última instancia, el objetivo que se plantea desde la normativa y los expertos sanitarios es proteger a los trabajadores, aunque el análisis puede ayudar a crear muchas medidas adicionales en los entornos laborales. Medidas que además de velar por la salud de las personas, serán muy importantes en términos de motivación, sentimiento de pertenencia o productividad, los grandes intangibles que están detrás del rendimiento de una compañía. Un entorno laboral más saludable es un lugar donde todos ganan.

Desmontando mitos sobre los exámenes de salud laboral

Uno de los grandes temores es que estos exámenes puedan usarse para discriminar. Nada más lejos de la realidad. Por ley, el examen no puede ser utilizado para seleccionar a candidatos o para excluir a alguien de un puesto. Tampoco sirve para que el empresario acceda a detalles sobre tu estado de salud. La información médica es estrictamente confidencial, y el empleador solo puede saber si un trabajador es “apto” o no para un puesto.

Sin embargo, el examen sí evalúa si las condiciones del trabajo son compatibles con la salud de los profesionales. Si existe algún factor que puede empeorar el estado físico debido a los riesgos de un puesto, el médico tiene la obligación de señalarlo en su informe y recomendar los ajustes necesarios para proteger al trabajador. Es decir, no es un proceso pensado como un juicio, sino una herramienta de protección integral.

La clave está en la prevención

Precisamente, la clave de estos procesos está en la prevención (o protección). Uno de los grandes beneficios del reconocimiento es la detección precoz de problemas que puedan estar relacionados con tu entorno laboral.

Cambios en los niveles de salud pueden indicar que el trabajo está teniendo un impacto negativo, lo que permite tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. Por ejemplo, si un empleado está expuesto a un riesgo específico, el reconocimiento puede llevar a la empresa a ajustar las condiciones del puesto, mejorar los equipos de protección o, en casos extremos, reasignar al trabajador a otro lugar.

Por otro lado, hay que subrayar que no todos los trabajadores enfrentan los mismos riesgos. Aquellos considerados “especialmente sensibles”, como personas con discapacidades, mujeres embarazadas o empleados en recuperación tras una enfermedad, requieren una atención más cuidadosa. El médico puede recomendar adaptaciones específicas o modificaciones en el entorno laboral para garantizar su seguridad. Del mismo modo, este tipo de perfiles o circunstancias también han de ser tenidos en cuenta en los Planes de Emergencia de la empresa.

¿Qué pasa con las pruebas “extra”?

Aunque no son obligatorias, algunas empresas las ofrecen como parte de iniciativas de promoción de la salud, especialmente en entornos donde puede haber un riesgo asociado.

Al margen de lo que establezca la normativa, Quirónprevención trabaja ya en un nuevo modelo de exámenes de salud laboral más integrales que contemplan más pruebas que las habituales, teniendo en cuenta el impacto de ciertas patologías sobre la población trabajadora. Entre esas patologías, hoy se tiene muy en cuenta a la diabetes por su infradiagnóstico, así como por ser una enfermedad causante de muchos problemas relevantes en el ámbito cardiovascular o vasculocerebral, entre otras.

Según los datos procedentes de diferentes estudios y la información que maneja la Sociedad Española de Diabetes, la situación exige tomar medidas preventivas para poner freno a la prevalencia de esta enfermedad.

Por ello, Quirónprevención, entendiendo que es fundamental controlar el mapa epidemiológico de la diabetes, ya está realizando un examen contemplando la determinación de la Resistencia Insulínica para facilitar la identificación de trabajadores con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Los últimos datos que maneja la entidad dedicada a la salud laboral dicen que el 23% de la población presenta resistencia insulínica elevada, lo que les identifica como personas en potencial riesgo de padecer diabetes tipo 2 y un posible síndrome metabólico.

 

El nuevo enfoque de Quirónprevención busca reducir significativamente el tiempo de espera de los pacientes, y el tiempo estándar se ha reducido significativamente hasta alcanzar una media de 36 minutos en la estancia en el centro

 

Mejorando la experiencia de paciente en los exámenes de salud laboral

 

Considerados estos exámenes como la piedra angular para asegurar la salud de los empleados y el buen funcionamiento de las empresas, Quirónprevención está desarrollando una propuesta que va más allá de los estándares tradicionales en lo que a la gestión se refiere.

En aras de mejorar la experiencia de los pacientes, la compañía trabaja en un modelo más eficiente, adaptado a las necesidades actuales de las organizaciones y de los trabajadores que las integran. Como en muchos otros sectores, la experiencia de los usuarios se ha convertido en una prioridad también en la Medicina del Trabajo.

Desde esta filosofía, uno de los principales desafíos es optimizar el tiempo invertido en cada reconocimiento médico. Hasta ahora, un reconocimiento estándar podía extenderse hasta 50 minutos, incluyendo tiempos de admisión, espera y la propia revisión médica.

Este modelo, aunque funcional, resulta ineficiente en un entorno donde el tiempo es un recurso valioso tanto para empleados como para empleadores. El nuevo enfoque de Quirónprevención busca reducir significativamente el tiempo de espera de los pacientes, y el tiempo estándar se ha reducido significativamente hasta alcanzar una media de 36 minutos en la estancia en el centro.

Esta mejora, basada en pruebas ya realizadas, ha permitido dedicar más tiempo de calidad al contacto directo entre los profesionales médicos y los empleados, el verdadero valor del reconocimiento médico. Con este tipo de iniciativas, se abre la puerta a una nueva etapa en la Medicina del Trabajo: una que combine innovación, eficiencia y un enfoque más humano, donde el bienestar de los trabajadores sea el centro de toda acción.

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