La gran esperanza para el empleo de muchos jóvenes recae en estos momentos en la FP Dual, una herramienta crucial para conectar el sistema educativo con las demandas del mercado laboral. Además de los alumnos, los otros grandes beneficiados de este modelo son las empresas, concretamente las pymes.
La Formación Profesional (FP) Dual se presenta como un recurso clave para abordar algunos de los mayores desafíos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas, desde la dificultad para encontrar personal cualificado hasta la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales. Esta relación también incluye a las microempresas con menos de 10 empleados o los autónomos, cuyo porcentaje en España es bastante superior al de otros países europeos.
La CEOE, rendida a la FP Dual
Dicho lo anterior, el modelo gusta y mucho a pymes y estudiantes. Según el informe ‘FP Dual y pymes’, elaborado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Fundación Bertelsmann, la FP Dual ofrece múltiples ventajas tanto para las empresas como para los estudiantes. Estas son las ocho principales razones por las que las pymes están apostando cada vez más por esta modalidad:
- Futuros trabajadores cualificados: En un entorno marcado por la falta de profesionales debido al cambio demográfico, la FP Dual permite a las empresas encontrar jóvenes talentosos y bien preparados. Este modelo no solo responde a la escasez de mano de obra cualificada, sino que también prepara a los estudiantes para integrarse rápidamente al mercado laboral.
- Formación “a medida”: La FP Dual da a las pymes la oportunidad de formar a los estudiantes en función de sus necesidades específicas, tanto presentes como futuras. Este enfoque permite que las empresas dispongan de trabajadores perfectamente alineados con sus procesos y objetivos.
- Transmisión de valores y cultura empresarial: Durante el periodo de formación, las empresas pueden inculcar a los estudiantes sus valores y cultura corporativa. Esto incluye aspectos como la forma de atender a los clientes o resolver conflictos internos, elementos que son esenciales para construir equipos cohesionados.
- Proceso de selección intensivo: Para una pyme, elegir a un empleado equivocado puede tener un impacto significativo. La FP Dual actúa como una prueba intensiva, permitiendo a las empresas evaluar al estudiante durante el tiempo de formación antes de decidir si lo incorporan definitivamente a su plantilla.
- Incorporación de nuevas perspectivas: Los estudiantes, al ser en su mayoría jóvenes, aportan una perspectiva fresca a las empresas. Pueden introducir nuevas formas de trabajar y romper con las inercias que a menudo pasan desapercibidas en las pymes.
- Vínculo con el mundo educativo: La colaboración con centros de formación permite a las pymes descubrir nuevas opciones formativas tanto para los estudiantes como para su propia plantilla. Además, este vínculo puede propiciar que los profesores se actualicen en tecnologías utilizadas por las empresas, beneficiando así a futuras generaciones de estudiantes.
- Ejemplo para otras empresas: Las pymes que se convierten en formadoras pueden inspirar a otras organizaciones del sector a seguir su ejemplo, contribuyendo a una mayor disponibilidad de profesionales cualificados en el mercado.
- Mejora de la reputación y visibilidad: Al participar en programas de FP Dual, las empresas se posicionan como formadoras de talento, ganando reconocimiento entre los jóvenes y sus familias. Esto fortalece su marca y puede abrirles nuevas oportunidades de negocio.
Un intercambio de valor añadido: “las ventajas son bidireccionales”
Ignacio de Benito, corresponsable del proyecto Alianza para la FP Dual de la Fundación Bertelsmann, destaca la relevancia de esta modalidad para las pymes: “Aquellas pequeñas y medianas empresas que apuestan por la FP Dual comprueban en poco tiempo que las ventajas son bidireccionales. Los centros educativos y sus alumnos se benefician de la colaboración, al igual que las empresas y sus equipos. La FP dual aplicada a las pymes se traduce en un intercambio de valor añadido”.
Este enfoque ha ganado impulso en las últimas décadas, gracias a la fuerte inversión pública y al aumento sostenido en las matriculaciones en programas de FP dual. La alta tasa de inserción laboral de los titulados refuerza la idea de que esta modalidad es una solución eficaz para enfrentar la falta de talento y mejorar la competitividad empresarial.