Como herramienta en el marketing, la distribución de productos recoge la función que relaciona la producción con el consumo mismo. Este proceso, de forma directa, facilita colocar un producto a disposición de los consumidores finales o comprador industrial en la cantidad demandada, lugar donde quiera recibirlo y momento en que lo necesite.
Utilidades de la distribución de productos
La distribución engloba tres utilidades en consecuencia:
- Tiempo: destinando un producto al consumidor que lo necesita, en el momento exigido por él mismo. Esperando en alguna estantería a que lo solicite, evitando que tenga que comprar y guardar, además, grandes unidades.
- Lugar: gracias a la existencia de variados puntos de venta cercanos al consumidor, bien sean similares en características o de naturaleza diversa.
- Posesión: facilitando la entre directa para que consuma y aplique.
La distribución, además, exige invertir mucho tiempo en actividades como recolección de información, promocionarse y presentar el producto en el punto de venta para estimular la compra.
Se considera una estrategia muy a largo plazo, siendo las decisiones complicadas de modificar una vez realizadas, e incluso, un error puede causar daños irreparables en muchos sectores de una corporación.
Similar al resto de los elementos del marketing mix, su ejecución y control se debe planificar con cada detalle, explorando distintas situaciones futuras y creando planes que ayuden a reducir, lo más posible, su impacto. Al contrario de factores como el precio, que se llevan a cabo desde la empresa, ésta requiere colaboración externa.
Los puntos que se deberán establecer son:
- El diseño y selección del canal de distribución, como forma básica de comercializar un producto;
- La localización de los puntos de ventas, incluyendo emplazamiento, dimensiones, rasgos peculiares, número y características adicionales;
- La logística de la distribución física, abarcando desde las actividades de procesamiento de pedidos y almacenamiento hasta la gestión de experiencias o transporte;
- Y la dirección de las relaciones internas del canal, como, por ejemplo, formar las bases o mejorar las relaciones con de cooperación, buscar la armonía entre miembros y resolver todo tipo de conflictos.
El canal de distribución
Representa todas las etapas de las que se compone el trayecto del producto, desde el fabricante hasta el cliente, incluyendo las personas y organizaciones que facilitan la circulación de los bienes.
Todo el que interceda entre el producto y consumidor final, se denomina “intermediario.”
¿Por qué es importante en el proceso de venta?
Considerando que dicha transmisión se traduce como una renuncia al ámbito del producto destinado a cómo y a quién se le vende la mercancía, su importancia se relaciona muchas contribuciones que ejerce el intermediario.
- Hacen lo que sea necesario para que los productos estén a disposición de cualquier en los mercados a los que se centra la compañía.
- Suponen una transmisión de funciones en el trayecto.
- Se especializan en la comercialización y tienen tanto contactos como experiencia y volumen de actividad mayor del que podría alcanzar la empresa de forma individual.
- Transforman la oferta de productos de distintos fabricantes en una oportunidad para los futuros clientes. Logrando que compren con el propósito de consentir el equilibrio entre oferta-demanda.
- Economizan los esfuerzos reduciendo el número de transacciones en el canal, y, por tanto, mejorar el proceso de distribución de una compañía.
Funciones básicas de un intermediario
A continuación, se profundiza en sus funciones más importantes:
- Información: se ilustran en el arte de buscar datos sobre el consumidor, competidores y decenas de agentes del entorno de marketing.
- Comunicación: desarrollan y difunden comunicaciones persuasivas sobre los productos con el propósito de captar clientela. No se alejan de la realidad.
- Negociación: su posición les permite tener mayor influencia en las negociaciones, por este motivo se encargan del área durante la mayor del proceso.
- Ajuste de pedidos: se les facilita modificar la oferta de acuerdo a las necesidades e intereses del comprador.
- Financiación: los costes del canal son satisfechos por los intermediarios. Se encargando tanto de adquirirlos como reinvertirlos.
- Evaluación de riesgos: siempre que está a su disposición, asumen los riesgos relacionados con el desarrollo de las actividades.
- Distribución física: se encargan de realizar el almacenamiento sucesivo y traslado de los productos físicos.
- Pago: efectúan una reducción de facturas, retribuyéndolas a los vendedores mediante los bancos.
- Transferencia de propiedad: del fabricante, el producto pasa al intermediario, en ese instante, el primero deja de asumir la responsabilidad.
- Servicios adicionales: si consienten la idea, pueden encargarse de la entrega a domicilio, instalaciones, reparaciones, suministros, formaciones y asesoramientos.
La distribución como elemento clave dentro de la comercialización
Similar a cualquier otra variante, imprescindible dentro de un plan de marketing, la distribución forma parte elemental para poder llegar al consumidor, después de un respectivo desarrollo del producto.
Estudiar este caso a profundidad es decisión imprescindible para cualquier persona que tenga intereses en conocer de qué forma puede llegar, siempre de la manera más efectiva posible, por supuesto.