El 22 de febrero es el Día Mundial de la Encefalitis, una enfermedad grave y poco frecuente en España de la que la Sociedad Española de Neurología reporta 600 nuevos casos anuales (según datos de 2024). Son pocos casos, pero podrían ser más, de acuerdo con la explicación que comparte para Directivos y Empresas la doctora Rebeca Fernández, neuróloga del Hospital Universitario La Luz de Madrid, especialista en trastornos neurológicos complejos.
«La encefalitis sigue siendo una patología infradiagnosticada debido a la dificultad en su identificación. La detección rápida y el tratamiento precoz son claves para la evolución del paciente», afirma la doctora.
Encefalitis: definición y síntomas
La encefalitis es una inflamación del cerebro que, aunque poco común, puede ser extremadamente grave. Afecta el parénquima cerebral y se manifiesta con síntomas neurológicos como alteración de la conciencia, cambios en el comportamiento, déficits motores o sensoriales, trastornos del habla y convulsiones, además de signos infecciosos como la fiebre. Debido a su gravedad, el diagnóstico temprano es clave para mejorar la supervivencia y minimizar las secuelas.
Respecto a las secuelas, de los 600 casos que se diagnostican cada año, más del 20% tiene secuelas de esta patología y las tasas de mortalidad son significativas.
Causas y diagnóstico
La encefalitis puede tener múltiples orígenes y, en la mitad de los casos, la causa sigue siendo desconocida. Las encefalitis infecciosas son las más frecuentes, causadas principalmente por virus como el herpes simple, el virus del Nilo Occidental o el enterovirus. Sin embargo, la investigación reciente ha destacado el papel de las encefalitis autoinmunes, relacionadas con procesos oncológicos en órganos como el pulmón, el colon o la mama, así como con enfermedades sistémicas como la vasculitis.
«Es fundamental seguir investigando y mejorar el acceso a pruebas diagnósticas para detectar estas formas autoinmunes, ya que un tratamiento específico puede marcar la diferencia en la recuperación del paciente», señala neuróloga.
Para diagnosticar la encefalitis, los médicos recurren a pruebas como la resonancia magnética, la punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo, estudios serológicos y pruebas de detección de anticuerpos asociados a encefalitis autoinmune.
Consecuencias y tratamiento de la encefalitis
En los casos más graves, la encefalitis puede provocar complicaciones como edema cerebral, insuficiencia respiratoria, estado epiléptico y, en algunos casos, la muerte. «Los pacientes que sobreviven pueden quedar con secuelas severas que afectan su calidad de vida y requieren rehabilitación integral con terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos y fisioterapeutas», explica la especialista.
El tratamiento varía según la causa subyacente de la encefalitis. En los casos infecciosos, se emplean antivíricos y antibióticos, mientras que las encefalitis autoinmunes pueden requerir inmunosupresores, inmunoglobulinas o terapias avanzadas como la plasmaféresis, un procedimiento que permite limpiar la sangre de anticuerpos perjudiciales.
Una atención y abordaje inmediatos
«La encefalitis es una emergencia médica que requiere un abordaje inmediato. La identificación temprana de la causa subyacente es esencial para mejorar el pronóstico del paciente», subraya la Dra. Fernández.
Para ello, es crucial que los profesionales de la salud realicen una historia clínica detallada y pruebas complementarias en cuanto se sospeche la enfermedad. «Ante la mínima sospecha, es vital actuar con rapidez, ya que medidas como la terapia antiviral precoz, la administración de inmunoglobulinas y los cuidados intensivos pueden marcar la diferencia en la evolución clínica», añade la especialista.