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Según se dice, la litiasis renal, enfermedad también conocida como como cálculos renales o más coloquialmente piedras en el riñón, es una de las afecciones más dolorosas que puede tener una persona. Se trata de una patología urológica que afecta aproximadamente al 12% de la población mundial en algún momento de su vida.

Según explica para Directivos y Empresas la Dra. Patricia Ramírez Rodríguez-Bermejo, del equipo Ramírez Urología del Hospital Ruber Internacional, la formación de los cálculos renales se debe a la cristalización de sustancias presentes en la orina, como el calcio, el oxalato y el ácido úrico. “Dependiendo de su tamaño y ubicación, estas piedras pueden causar síntomas leves o generar un dolor intenso cuando bloquean el flujo de orina”, explica la especialista.

Síntomas y diagnóstico de los cálculos renales

La sintomatología es clara e incluye dolor intenso en el costado, posible presencia en sangre de la orina, necesidad constante de orinar, náuseas y vómitos. En casos avanzados también es posible que se produzca infección urinaria.

Según la Dra. Ángeles Sanchís Bonet, especialista en Urología Oncológica y Litiasis del mismo equipo, la formación de cálculos renales puede estar influenciada por diversos factores:

  • Dieta y estilo de vida: una alimentación alta en sodio y oxalato, junto con una baja ingesta de líquidos, pueden favorecer su aparición.
  • Genética y condiciones médicas: enfermedades como la obesidad, la gota, el hiperparatiroidismo y las enfermedades inflamatorias intestinales pueden aumentar el riesgo de desarrollar litiasis.
  • Factores ambientales: la deshidratación crónica y el clima caluroso también pueden contribuir a su aparición.

El diagnóstico de la litiasis renal se realiza mediante análisis de orina, radiografías, ecografías y tomografía computarizada (TC), siendo esta última la técnica más precisa para determinar el tamaño, la composición y la ubicación de los cálculos.

Opciones de tratamiento: desde lo más conservador hasta la cirugía, con especial atención a la tecnología del láser Moses

El tratamiento varía según la localización y el tamaño del cálculo. La Dra. Sanchís Bonet detalla las principales opciones:

  • Manejo conservador: hidratación y tratamiento médico expulsivo para facilitar la eliminación espontánea de los cálculos.
  • Litotricia Extracorpórea por Ondas de Choque (LEOC): método no invasivo que fragmenta los cálculos mediante ondas de choque.
  • Cirugía retrógrada intrarrenal (RIRS): utiliza un instrumento flexible para alcanzar y tratar cálculos dentro del riñón.
  • Ureteroscopia rígida: accede a los cálculos alojados en el uréter con un instrumento rígido.
  • Nefrolitotomía percutánea: indicada para cálculos de mayor tamaño en el riñón, utilizando un acceso directo a través de una incisión en la piel.

Todas estas técnicas emplean el “láser holmio” de última generación Moses, que reduce en un 20% el tiempo de la cirugía y mejora la fragmentación y pulverización de los cálculos en un 33%. Además, evita que el cálculo se movilice durante el tratamiento, minimizando el daño en los tejidos y favoreciendo una recuperación más rápida.

Así actúa el láser Moses contra los cálculos renales

De izda. a dcha.: Dra. Sanchís y Dra. Ramírez.

La prevención es esencial para evitar recaídas con cálculos renales

Dado que la litiasis renal tiende a reaparecer, la prevención es fundamental. La Dra. Ramírez Rodríguez-Bermejo recomienda:

  • Mantener una hidratación adecuada, con una ingesta diaria de al menos 2-3 litros de agua.
  • Reducir el consumo de sodio, proteínas animales y alimentos ricos en oxalato.
  • Controlar el peso corporal y realizar actividad física de manera regular.
  • Realizar controles urológicos periódicos, especialmente en personas con antecedentes familiares o factores de riesgo.

“Gracias a los avances en tecnología, hoy en día contamos con métodos más efectivos y menos invasivos para tratar la litiasis renal, lo que permite una recuperación más rápida y mejores resultados para el paciente”, destaca la Dra. Ángeles Sanchís.

La prevención y el tratamiento temprano son clave para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes con litiasis renal.