Una de las últimas charlas organizadas por el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz en sus FJD Talks ha tratado sobre la soledad no deseada, considerada por los expertos sanitarios como la pandemia silenciosa del primer mundo. Bajo el título «Conexiones perdidas en un mundo conectado», este debate ha tratado de dar contexto a este problema y a buscar un enfoque integral para su abordaje. Para ello, se ha contado con la opinión y conocimiento de varios especialistas que se encuentran en la primera línea de este problema.
Aurora Herraiz, directora de RSC del hospital madrileño, inauguró el debate presentando a los participantes: Antonio Garrigues Walker, presidente de la Fundación Garrigues y presidente de honor de España con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); y Sacramento Pinazo-Hernandis, coordinadora de la Comisión de Soledad de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) y profesora de Psicología Social en la Universidad de Valencia. El debate fue moderado por la Dra. Ana Isabel Hormigo, especialista en Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz.
Soledad no deseada: un desafío social y de salud que podría afectar a 5 millones de personas en España
Ya en pleno debate, la soledad no deseada fue destacado como un desafío social y de salud significativo por todos los participantes. La Dra. Hormigo señaló que esta soledad representa una “nueva pandemia silenciosa del primer mundo, que afecta a una de cada cuatro personas en países industrializados”.
La complejidad de definir y evaluar este fenómeno fue abordada por la geriatra de la Fundación Jiménez Díaz al explicar que la soledad no deseada es la percepción de relaciones interpersonales insuficientes o de baja calidad, siendo involuntaria y persistente en el tiempo. Pinazo-Hernandis, por su parte, agregó que es un problema multidimensional dependiente de diversos factores contextuales y vitales.
La falta de datos estructurados sobre la prevalencia de la soledad no deseada en España fue señalada por Garrigues, mientras que la Dra. Hormigo proporcionó datos del INE de 2020 indicando que cerca de 5 millones de personas viven solas en el país.
Un problema que pasa factura a la salud física y mental
Los expertos destacaron cómo la soledad no deseada afecta la salud física y mental, incrementando el cortisol, debilitando el sistema inmunológico y afectando las rutinas de autocuidado. También mencionaron cómo este problema tiene un impacto desproporcionado en personas mayores, conllevando aislamiento social y emocional, depresión, ansiedad, riesgo de demencia y deterioro cognitivo, entre otros.
Para abordar este desafío, enfatizaron la necesidad de un enfoque integral que involucre a instituciones y sociedad en conjunto. Se mencionaron estrategias como promover la participación social, proveer servicios de atención domiciliaria, usar tecnología para conectar a las personas, establecer terapias individuales o grupales, fomentar el ejercicio y la actividad física, entre otras medidas.
Garrigues puso como ejemplo a países como Japón o Reino Unido, donde «existen ministerios de la soledad que permiten dedicar recursos y poner en marcha acciones concretas en este ámbito».