Diagnósticos precisos, mucho más rápidos y eficiencia a toda la anatomía patológica. Eso es lo que aporta principalmente el importante proyecto de digitalización que han desarrollado conjuntamente cuatro centros de la capital: Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba.
Una revolución que une más que nunca a ingenieros y médicos. Así lo explica el Dr. Federico Rojo, jefe del Servicio de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz (Grupo Quirónsalud).
La Anatomía Patológica de cuatro grandes hospitales está ya completamente digitalizada. ¿Qué inversión ha requerido este proyecto?
Junto con otros agentes, Quirónsalud ha hecho una apuesta importante para poder innovar en la especialidad, dando como resultado el primer gran salto tecnológico en este campo en 150 años de historia. Es un proyecto pionero sanitario a nivel mundial que nos posiciona internacionalmente.
Tras este gran salto, nos encontramos con la escasez de patólogos en el mundo y además con edades altas…
Es cierto, nuestra especialidad es una especialidad envejecida. Se trata de un ámbito que cada vez requiere más esfuerzo y dedicación y el número de profesionales es menor que en otras disciplinas, con lo cual existe una necesidad de patólogos no solo en nuestro país, sino también a nivel mundial. En algunas áreas geográficas de Estados Unidos también existe esta problemática.
Ya no hablamos de un único servicio médico en una institución, sino de una plantilla transversal entre cuatro hospitales que adquiere una dimensión mucho más importante”
Parte de esta innovación y esta apuesta que estamos haciendo trata de ayudarnos a ser más eficientes, poder gestionar mejor, asumir más trabajo con menos recursos y de esta forma poder dar respuestas a las demandas que tenemos como profesionales.
Así que, es un reto para los patólogos que ya estamos trabajando y es un reto para los nuevos patólogos. No obstante, hay más innovaciones en nuestro campo que requieren una actualización constante.
Con esta introducción de las tecnologías que están llevando a cabo, ¿se requieren quizás perfiles más jóvenes para su profesión?
Es sorprendente, solemos asumir que los más jóvenes son los más diestros en la tecnología, en el uso de herramientas informáticas, etc., pero en nuestra plantilla destaca gente con mucho recorrido profesional que han aceptado estupendamente este proceso de digitalización que estamos comentando.
Todo depende de la actitud de las personas y no tanto de su edad. En general todos nos sentimos privilegiados por estar en una institución que apuesta por la innovación de esta forma.
¿Cuál es el principal impacto de tener digitalizada la Anatomía Patológica de cuatro importantes hospitales madrileños?
No hay una única ventaja, las ventajas son múltiples. La primera es que nos permite compartir la actividad asistencial entre los cuatro centros. Es decir, estamos creando una base de datos única para los cuatro hospitales. Podemos consultar casos, derivar casos a los especialistas independientemente del hospital en el que se encuentren…
Ya no hablamos de un único servicio médico en una institución, sino de una plantilla transversal entre cuatro hospitales que adquiere una dimensión mucho más importante para gestionar sobre todo los casos complejos.
Con este proyecto, un paciente con una sospecha clínica puede ser diagnosticado en 24 horas e iniciar su tratamiento en una semana, sea farmacológico, médico o quirúrgico”
En segundo lugar, se aumenta la eficiencia en el reparto de trabajo. Esto permite gestionar mejor los flujos de trabajo, distribuir mejor las cargas de trabajo dentro del laboratorio y ganar tiempo en la emisión del diagnóstico para los pacientes. Esto último tiene un impacto inmediato en la propia calidad asistencial que estamos prestando.
Esta generación de la base de datos única en el medio plazo nos va a permitir desarrollar herramientas inteligentes que nos ayuden a mejorar todavía más estas eficiencias.
¿Qué socios irán de la mano de los médicos en esta aventura?
Nosotros somos médicos, pero tenemos que trabajar con ingenieros e informáticos que nos ayuden a diseñar esas herramientas y algoritmos inteligentes sobre las cuestiones clínicas que nosotros les planteamos. Ponemos encima de la mesa diagnósticos y problemas clínicos en busca de una herramienta que nos ayude a gestionar los casos.
En este reto tenemos un socio prioritario que nos provee de la tecnología, que es Philips, y además ya tenemos contactos con diversas universidades y centros españoles para ayudarnos a desarrollar estas herramientas.
¿Esta compartición de datos y demás capas de trabajo se podrán visualizar a tiempo real?
Todo requiere su proceso. Nada más hacer una biopsia no se puede hacer un diagnóstico inmediatamente, por ejemplo. Hay tareas manuales que evidentemente se mantienen, pero el objetivo que tenemos todos los agentes implicados es tratar de tener un diagnóstico en 24 horas.
La reducción de los plazos es considerable…
Los tiempos medios en los que nos movemos habitualmente pueden llevar incluso semanas, en el mejor de los casos tres o cuatro días. Nuestro promedio de diagnóstico en la Fundación Jiménez Díaz está en los 5-7 días, dependiendo del proceso.
Gracias a este proyecto, un paciente con una sospecha clínica en 24 horas podría tener un resultado y a la semana siguiente iniciar su tratamiento, ya sea farmacológico, médico o quirúrgico. Es decir, la digitalización impacta en todas las áreas hospitalarias.
Por otro lado, hay que destacar que con este sistema se va a facilitar para el paciente una segunda opinión sobre su diagnóstico. El paciente va a poder pedir su archivo digital y llevarlo a otro especialista en busca de una segunda opinión.
La inteligencia artificial entra de lleno en este novedoso sistema. ¿Qué es capaz de aportar esta nueva tecnología?
El término suena un poco a ciencia ficción, pero lo que viene a aportar esta herramienta es el desarrollo de sistemas que se autogestionan y solo requieren la supervisión del médico, y además son capaces de aprender. Con este proceso, el sistema se va volviendo más eficiente y teniendo al mismo tiempo menos fallos.
Actualmente, el 100% de los diagnósticos tienen que pasar por el patólogo y esta tecnología permitirá automatizar procesos con el grado de confianza suficiente para que solo sea necesaria una supervisión.
La primera fase de esta implantación consistirá precisamente en iniciar esa automatización, pero en el futuro estoy seguro de que estas herramientas van a cambiar el panorama de la medicina.
Además de integrar la parte de diagnóstico, se sumará el histórico de un paciente, la información sobre los tratamientos recibidos, etc. Con todos esos datos, ese sistema aportará sus recomendaciones sobre cuál será el mejor tratamiento ante una determinada patología.
¿Qué duración y cuáles han sido los principales pormenores de este proceso de implantación tecnológica en estos centros?
Aproximadamente, hace cinco años que pusimos encima de la mesa este proyecto. En aquel momento no había proveedores adecuados para soportar los volúmenes que necesitábamos. Hace tres años el mercado ya empezaba a ofertar productos que sí que daban esta respuesta y fue en ese momento cuando empezamos a dimensionar el proyecto, y desde hace un año ya trabajamos con los equipos.
¿Qué nivel de escalabilidad tiene esta nueva anatomía patológica digital?
Toda la información se almacena en un entorno virtual, en una “nube”, y permitirá conectar con todos los centros de Quirónsalud si es necesario. Estos cuatro centros que tenemos conectados tienen cierta proximidad geográfica y tratan patologías parecidas, por lo que tiene sentido conectar todas las experiencias.
Hay experiencias en España o el resto del mundo que avalen todos los beneficios de esta nueva forma de trabajo?
Hay experiencias previas. En España hay un centro que tiene su actividad digitalizada desde hace un par de años y a nivel europeo hay centros puntuales que están actuando de este modo.
Pero la complejidad que tenemos ahora de interconexión entre cuatro centros de gran volumen virtual hace que seamos pioneros en un proyecto de esta envergadura.
Con estas novedades, parece lógico pensar en un proceso de formación para todos los profesionales relacionados con este sistema. ¿Esto llegará algún día a la universidad?
Estamos hablando de una actividad médica de un ámbito reducido. En el momento en que esto se extienda, sí que impactará en la formación de nuevos especialistas, pero no directamente en lo que es la carrera de Medicina. Y tendrá un impacto también en la actividad docente, ya que se van a compartir recursos en un entorno digital para la formación de nuevos médicos.
¿Cree que con esta digitalización paulatina en la sanidad se precisarán nuevos perfiles profesionales del tipo matemáticos o analíticos en este sector?
En la creación del proyecto sí que hacen faltan otras áreas de conocimiento distintas a las de un médico, pero finalmente el producto debe estar validado en un ámbito asistencial. Es decir, que nosotros mismos tenemos que aprender también parte de esos conocimientos de ingeniería o matemáticos.
La Medicina cada vez es más amplia y multidisciplinar. Ya no es solo el médico el que trabaja en los hospitales, sino que hay otras especialidades. En algunas áreas se están incorporando especialistas del tipo biólogos, informáticos, estadísticos…
En base a la experiencia de otros centros que han desarrollado proyectos parecidos, se estima que puede haber un ahorro del 15-18% del coste del diagnóstico en un hospital público
Así que el reto será sentar las bases de entendimiento entre unas áreas y otras. Por eso decía que nosotros como médicos tenemos que entender parte del camino. Del mismo modo, los ingenieros deben comprender que la Medicina y la salud no es una ciencia exacta.
Todos hemos de tener una mentalidad flexible. A priori, parece difícil que un ingeniero y un médico se entiendan cada uno con sus lenguajes, pero con el tiempo este problema se debe ir resolviendo.
Con todo, ¿cuáles son los objetivos principales que se han marcado con la apuesta por este sistema?
En una visión amplia, tenemos tres hitos por delante: el primero de ellos es sustituir la actividad clásica por otra en un entorno virtual, es decir, trabajar en una pantalla y evitar la utilización del microscopio.
El segundo, tomar decisiones de tratamiento mediante algoritmos automáticos que permiten definirlas de forma más fiable. Ahora nos encontramos en esta fase, enfocándonos en patologías prevalentes como el cáncer de mama, colon, pulmón y próstata.
La tercera fase consistirá en desarrollar herramientas de inteligencia artificial de aprendizaje que van a asistir de una forma más automática al diagnóstico. Calculamos que con todo el proceso nuestra eficiencia se incrementará en un 30%.
¿Tienen cuantificado el ahorro económico que generará esta herramienta?
Hay datos que apuntan a cuál puede ser el ahorro. En base a la experiencia de otros centros que han desarrollado proyectos parecidos, se estima que puede haber un ahorro del 15-18% del coste del diagnóstico en un hospital público.
Llevado a hospitales más complejos o integrándolo en varios centros como es nuestro caso, probablemente este porcentaje pueda tener mayor alcance.
Implantada la anatomía patológica digital y con la escasez de patólogos en el mundo. ¿Cómo afronta la Medicina este desafío con el previsible aumento de casos de cáncer a nivel global?
Nuestra carga de trabajo ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Con la previsión de mayor incidencia de casos de cáncer, se va a requerir una mayor implicación y trabajo por parte de los patólogos. Por tanto, la única solución que podemos anticipar en este escenario es aumentar la eficiencia de lo que estamos haciendo y una de las formas de hacerlo es tener recursos de patología digital.
Dr. Federico Rojo
- El Dr. Federico Rojo (MD, PhD en Patología) es especialista en Anatomía Patológica.
- Jefe del Departamento de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz y responsable de su Laboratorio de Patología Molecular, y Director Científico del Biobanco de su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD, Madrid) desde 2007.
- Es también el jefe del Grupo de Investigación del Cáncer de Mama (GEICAM), miembro de su Comité de Dirección, coordinador del Área de Investigación del Cáncer y Director Científico del Biobanco del ISS-FJD.
- Completó su formación como médico residente en Patología entre 1995 y 1998 en el Hospital
- Vall d`Hebron de Barcelona, donde también hizo su doctorado. Asimismo, completó una estancia internacional durante este período en el MD Anderson Cancer Center en Texas.
- Como investigador, el Dr. Rojo ha estado involucrado en un total de 21 proyectos de
- investigación (todos ellos en Oncología, principalmente en cáncer de mama), siendo investigador principal en nueve de ellos e investigador asociado en 16 desde 1998 hasta 2016. Dos de estos proyectos han sido financiados por la Comisión Europea.
- Está involucrado en proyectos nacionales de redes de cáncer como RECTICS, CIBER y la Plataforma Biobanco, donde es investigador principal.
- Ha publicado un total de 196 trabajos en revistas científicas indexadas relacionadas con el cáncer, además de siete capítulos de libros científicos y 259 presentaciones a nivel nacional e internacional, destacando la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) o la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).