Hoy es el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinada a sensibilizar sobre una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y que sigue siendo un desafío significativo para la salud pública. Los expertos hablan incluso de una epidemia silenciosa, ya que puede estar presente incluso sin los síntomas muy activos. El doctor José María Echave-Sustaeta, neumólogo del Hospital Universitario La Luz y el Centro Médico-Quirúrgico Olympia Quirónsalud, explica para Directivos y Empresas toda la actualidad referente a esta patología en los pulmones.
EPOC, una enfermedad con impacto global creciente
Una de las primeras informaciones que nos comparte el experto es acerca de su potencial mortalidad. La EPOC, figura entre las principales causas de mortalidad mundial. Según proyecciones de la OMS, para 2030 será la tercera causa de muerte a nivel global. Factores como el tabaquismo, la contaminación, la exposición a productos químicos y las infecciones respiratorias en la infancia son los principales responsables de su desarrollo.
En nuestro país, el 11% de las personas de entre 40 y 80 años viven con esta condición, siendo más frecuente en hombres (14,6%) que en mujeres (9,4%). Sin embargo, lo más alarmante es que el 75% de los casos permanecen sin diagnosticar, lo que priva a los pacientes de tratamientos que podrían mejorar significativamente su calidad de vida y longevidad.
De ahí que se pueda calificar la EPOC como una epidemia silenciosa. Además, este infra diagnóstico tiene mucho impacto en la posterior supervivencia y calidad de vida de los pacientes.
Ante este panorama, el neumólogo pone el poco sobre aquella población que se encuentra en mayor situación de riesgo. En este sentido, destaca que los fumadores o exfumadores deben estar atentos a señales de alerta como tos crónica, dificultad para respirar y producción frecuente de flema. Con todo, advierte que la EPOC puede desarrollarse incluso sin síntomas evidentes, lo que subraya la necesidad de realizar pruebas diagnósticas preventivas, como la espirometría.
“La detección precoz y un manejo adecuado de la enfermedad pueden cambiar su curso, reduciendo la progresión y mejorando la calidad de vida de los pacientes”, señala el especialista.
Prevención y tratamiento: claves para combatir la EPOC
Aunque la EPOC no tiene cura, medidas preventivas como dejar de fumar, mantener un estilo de vida activo, controlar el peso y minimizar la exposición a contaminantes ambientales son esenciales para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
El tratamiento farmacológico, basado principalmente en broncodilatadores de larga duración y corticoides en ciertos casos, ayuda a aliviar los síntomas respiratorios, reducir las crisis y hospitalizaciones, y prolongar la supervivencia. «Iniciar el tratamiento en etapas tempranas es crucial para evitar que la enfermedad limite la vida diaria», subraya el doctor. Echave-Sustaeta.
Como reflexión final, el experto apunta a que el desafío que existe en torno a la EPOC es grande y será de un largo recorrido. Por ello, iniciativas como el Día Mundial de la EPOC no solo buscan visibilizar esta enfermedad, sino también fomentar una mayor prevención, diagnóstico temprano y tratamiento efectivo.
