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Fundación Jiménez Díaz, primer y único hospital público español de su nivel de complejidad y carácter investigador y docente en posesión del sello dorado de la Joint Commission International para todo el centro

El centro madrileño ha superado con éxito la rigurosa evaluación que han realizado los expertos de la Joint Commission International sobre seguridad del paciente y calidad asistencial. Se trata de un hito para el sistema de salud nacional y para el propio Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, pues esta acreditación es la “más exigente del mundo en el ámbito sanitario”.

Se habla mucho de la era digital, el avance de las tecnologías y la automatización, pero la gran tendencia mundial en estos momentos pasa por centrar la atención en las personas. Todo tipo de organizaciones están adoptando – cada cual a su ritmo y capacidad – una estrategia basada en la experiencia de cliente.

protocolos de seguridad del paciente

Este mainstream se viene aplicando desde hace años en el sistema sanitario, asentándose poco a poco una cultura orientada a la experiencia del paciente en la que la seguridad y la calidad asistencial se erigen como las principales bases de cualquier plan.

Nuevamente, hay que decir que cada centro avanza a su ritmo, si bien hay que distinguir al Hospital Universitario Fundación Jiménez (FJD) por un hito que no había logrado hasta el momento ningún hospital público en España de su nivel de complejidad y carácter investigador y docente para toda la institución.

El centro madrileño gestionado por el Grupo Quirónsalud ha logrado la acreditación del sello dorado de la Joint Commission International (JCI), es decir, la acreditación “más exigente del mundo en el ámbito sanitario” en materia de seguridad del paciente, calidad asistencial y proceso de la mejora continua.

Si bien es cierto que anteriormente otros hospitales privados del grupo habían logrado este reconocimiento (Hospital Quirónsalud Barcelona y Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, entre otros), esta vez se trata del primer y único hospital español público que alcanza este logro con su nivel de complejidad, carácter investigador y docente. Así las cosas, no solo cabe hablar de un logro para para la FJD, sino para el sistema sanitario nacional, dada la exigencia de la evaluación que realiza la JCI.

Un sinfín de estándares de calidad

Para conseguir el sello, la implicación de todo el personal del hospital ha sido fundamental. Durante una semana, expertos internacionales han llevado a cabo una exhaustiva evaluación que ha comprendido cerca de 1.300 estándares de calidad, una cifra que habla del rigor de la auditoría y de la dificultad de la obtención de la acreditación. Además, se trata de elementos medibles relacionados con los incidentes en la seguridad del paciente más frecuentes y de mayor gravedad en los hospitales de todo el mundo.

Todo el trabajo previo del hospital ha dado sus frutos en una semana que seguramente habrá sido muy intensa para todos los profesionales del centro. Son ellos los que han recibido el elogio de la JCI, por su implicación en todos los procesos evaluados y el alto nivel de calidad que han mostrado para preservarlos.

Los éxitos en la experiencia del paciente comienzan, sin duda, por una buena experiencia de personal. Tal premisa empieza por el propio liderazgo del hospital, reconocido por la JCI en su análisis y también anteriormente por Merco, pues destaca como centro con mejor equipo de gestión en España en el Monitor de Reputación Sanitaria 2023.

Así pues, el mérito es para todos los estamentos de la institución por la adopción de unas prácticas y una política muy enfocada al paciente y que se encuentra en mejora constante. En este sentido, los evaluadores de la JCI comprobaron que en la Fundación Jiménez Díaz no solo se acepta el cambio, sino que se está dispuesto a liderarlo. Este detalle marca la diferencia.

Los grandes elogios de la Joint Comission International se centran en el compromiso de los profesionales que conforman la plantilla de la Fundación Jiménez Díaz.

Lo más importante es el camino

Fuentes del hospital recuerdan que lo importante de este logro es el camino que se ha recorrido hasta su consecución. Ser uno de los mejores centros hospitalarios en el mundo es un hito en el que la trayectoria desempeña un papel capital.

Las declaraciones del doctor Javier Arcos, gerente y director médico de la FJD, apuntan a esa dirección al afirmar que “para todos los profesionales que forman parte de la Fundación Jiménez Díaz, recibir este sello, que se suma a la confianza que recibimos de nuestros pacientes cada día, es un enorme orgullo y contribuye a la sensación de confianza de nuestro equipo de que hacemos muchas cosas y las hacemos muy bien”.

Para Arcos, es un hito conseguir el sello dorado de la JCI y pone en valor la capacidad, compromiso y nivel técnico de todos los profesionales que forman parte de la institución, no solo del equipo clínico.

El gerente del hospital madrileño ha explicado que su organización lleva más de 10 años trabajando en una estrategia que busca situar al paciente en el centro, dando prioridad a la seguridad clínica y a la atención personalizada.

No en vano, en este periodo se han cosechado importantes éxitos como la obtención del EFQM Global Award en el año 2021. En ese momento, la FJD se convertía en el primer hospital en el mundo en recibir este Premio a la Excelencia en Gestión por parte de la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad. La institución fue reconocida también con el sello EFQM 7 Stars tras lograr la máxima puntuación posible por parte de los evaluadores.

Este hecho supuso un punto de inflexión para el hospital y en el año 2022 afrontó “un nuevo reto en materia de calidad asistencial para impulsar su estrategia centrada en el paciente y seguir avanzando en la mejora continua de los procesos asistenciales, con el objetivo de prestar la mejor atención posible a nuestros pacientes, creando un entorno de trabajo seguro y fiable para todos nuestros profesionales”, añade el doctor Arcos.

“Un modelo creado por y para profesionales sanitarios”

Teniendo en cuenta los resultados otorgados por la Joint Commission International, se puede decir que el reto se ha superado, aunque no cabe relajación al tratarse de la seguridad del paciente y de la calidad asistencial. El día a día en el hospital sigue y la mejora continua debe ejercer de guía. El sello dorado así lo establece.

El valor añadido de este modelo es que está basado en evidencias científicas y todas las recomendaciones están creadas por y para profesionales. Aporta a cada organización “una forma de trabajar que afecta a todas sus áreas, procesos y profesionales”, según explica la subdirectora médico de la FJD, la doctora Ana Leal.

Por su parte, Bibiana Navarro, directora de Calidad del hospital, señala que “a través de 1.267 elementos medibles y evaluables, JCI proporciona una herramienta muy potente para la mejora continua, basada en la evidencia y en la experiencia”.

La directora de Enfermería, Ana Gloria Moreno, indica que la guía permite al hospital organizar todos sus sistemas para garantizar la máxima calidad posible en la experiencia de los pacientes, desde que ingresan hasta que se les da el alta. “Ofrecer una atención oportuna que cubra las necesidades del paciente, asegurar la coordinación entre todos los profesionales para la continuidad de los cuidados, y establecer las barreras oportunas que garanticen cero daños en el paciente son algunos de los estándares de la JCI que hemos consolidado para seguir avanzando hacia la excelencia y alcanzar mejores resultados en salud”, sostiene Moreno.

Por otro lado, la directora de Experiencia del Paciente de la FJD, Marta del Olmo, recuerda que la acreditación implica la promoción de los derechos del paciente, la consideración de sus valores y creencias o la educación sobre su proceso de salud. Todo ello “ayuda a los pacientes y a sus familias a ser parte activa en su atención y tomar mejores decisiones sobre ella”, concluye.


Las 6 metas internacionales en la seguridad del paciente

  1. Identificación inequívoca del paciente.
  2. Comunicación efectiva.
  3. Mejora en la seguridad de los medicamentos de alto riesgo.
  4. Asegurar la cirugía: procedimiento seguro y sitio correcto.
  5. Reducción del riesgo de infecciones asociadas a la atención sanitaria.
  6. Mitigar el riesgo de daño al paciente por causa de caídas.

Aprender de los errores, reducir la variabilidad en la práctica clínica, prevenir infecciones inherentes a la práctica clínica y potenciar nuestras competencias en materia de seguridad son algunas de las líneas que, si bien llevábamos mucho tiempo trabajando dentro de nuestra institución, hemos mejorado a lo largo de este proceso y nos han permitido reducir riesgos, tanto para los pacientes como para los profesionales”, apunta el doctor Javier Arcos.

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