Las lesiones son una constante en el mundo del deporte, sea profesional o amateur. Es clave un buena preparación física como también tener a mano los mejores tratamientos posibles. En el caso de las lesiones musculares, un complemento al tratamiento médico y fisioterápico son los llamados ice baths o baños en agua fría con hielos.
Un experto como el doctor Manuel Leyes, por cuyas manos pasan los grandes deportistas del deporte en España, nos habla de esta técnica que se ha vuelto muy popular para optimizar las recuperaciones en las lesiones musculares. El jefe de Servicio de Traumatología de Olympia Quirónsalud explica que esta terapia consiste en sumergir el cuerpo en aguas muy bajas en temperaturas para reducir inflamaciones y acelerar la recuperación de los tejidos.
El experto recomienda limitar la inmersión a 10-15 minutos, manteniendo la temperatura del agua entre 10 y 15°C. Además, desaconseja el uso de baños fríos inmediatamente después de entrenamientos de fuerza para evitar interferir en las adaptaciones musculares. Asimismo, sugiere evitar esta práctica en personas con problemas de salud no controlados, especialmente afecciones cardiovasculares.
Los baños en agua fría con hielo, conocidos como ice baths o inmersión en frío, se han vuelto populares entre los deportistas que buscan optimizar la recuperación muscular y reducir el dolor después del ejercicio. Esta técnica, que consiste en sumergir el cuerpo en agua a bajas temperaturas, es valorada por sus efectos en la disminución de la inflamación, la aceleración de la recuperación y la mejora del rendimiento físico. Aunque estudios recientes avalan sus beneficios, también existen riesgos asociados.
5 beneficios de los ice baths
- Reducción de la inflamación: El agua fría provoca vasoconstricción, lo que ayuda a reducir la inflamación y la hinchazón tras un entrenamiento intenso.
- Alivio del dolor muscular: La inmersión en frío disminuye la percepción de dolor y retrasa el inicio del dolor muscular de aparición tardía (DOMS).
- Recuperación acelerada: Mejora el drenaje linfático y facilita la eliminación de toxinas y productos de desecho metabólico en los músculos, favoreciendo una recuperación más rápida.
- Mejora de la circulación sanguínea: Al salir del agua fría, el cuerpo envía más sangre oxigenada a los músculos, lo que promueve una regeneración más eficaz.
- Estabilización del sistema nervioso: Al activar el sistema nervioso parasimpático, estos baños reducen el estrés fisiológico y mejoran el bienestar general.
5 riesgos asociados
- Hipotermia: Prolongar demasiado el baño o usar agua excesivamente fría puede hacer que la temperatura corporal descienda peligrosamente, lo que puede llevar a la hipotermia.
- Lesiones cutáneas: El contacto prolongado con el frío extremo puede causar quemaduras por frío o dañar la piel.
- Problemas cardíacos: Las personas con afecciones cardíacas pueden experimentar arritmias o un aumento en la presión arterial debido al impacto del frío, lo que podría ser peligroso.
- Rigidez muscular: El exceso de frío puede generar rigidez en los músculos, reduciendo su flexibilidad.
- Interferencia en la adaptación al entrenamiento: Algunos estudios sugieren que un uso excesivo de la inmersión en agua fría tras entrenamientos de fuerza puede interferir con el crecimiento y adaptación muscular.
Por ello, el