Implantes cigomáticos para pacientes oncológicos o con mandíbula atrofiada: un cirugía de precisión absoluta

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En más de una ocasión, Directivos y Empresas ha compartido casos de éxito en el ámbito de la implantología y cirugía maxilofacial que, por complejo que fuera el procedimiento, se han podido resolver gracias a la tecnología y elevadas dosis de conocimiento por parte de los profesionales. Siendo con ejemplos de este tipo, desde el Hospital Universitario La Luz compartimos una nueva técnica que está resultando muy exitosa para pacientes con atrofia severa o con secuelas oncológicos.

La clave pasa por una cirugía guiada al milímetro para la colocación de implantes cigomáticos. Explica todos los detalles acerca de esta innovador procedimiento el Codirector del Departamento de Cirugía Oral, Maxilofacial e Implantología del hospital madrileño, el doctor Néstor Montesdeoca. 

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¿Qué son los implantes cigomáticos y para quién están indicados?

A diferencia de los implantes dentales convencionales, que se anclan en el maxilar superior o la mandíbula, los implantes cigomáticos se fijan en el hueso malar o cigomático. Esto les proporciona una mayor estabilidad y permite su uso en pacientes que han perdido gran parte del hueso maxilar, ya sea por atrofia severa, traumatismos o enfermedades oncológicas.

“El uso de guías quirúrgicas ha revolucionado este procedimiento, mejorando la precisión y optimizando los resultados clínicos», explica el Dr. Montesdeoca. «Además, al reducir los tiempos de intervención y las posibles complicaciones, la cirugía guiada se ha convertido en una técnica segura y predecible».

El experto explica que la técnica ha logrado tasas de éxito superiores al 96% en el medio y largo plazo, ofreciendo estabilidad y funcionalidad a personas que, hasta hace poco, tenían opciones muy limitadas para recuperar su dentadura.

Cirugía guiada: precisión milimétrica y mayor seguridad

Uno de los mayores avances en este campo ha sido el desarrollo de la planificación digital y la cirugía guiada. Este enfoque permite, entre otras cosas mantener la equidistancia entre los implantes para una correcta distribución de cargas.

El otro valor añadido de esta cirugía con alto componente digital es que los resultados conseguidos logran respetar la anatomía del paciente, evitando estructuras sensibles como el seno maxilar. Por su puesto, la otra característica es la mínima invasión, ya que la incisión es muy pequeña, lo cual permite recuperaciones más rápidas y menos molestias para los pacientes.

El proceso comienza con la realización de un TAC de alta precisión, que permite obtener una imagen detallada del hueso residual del paciente. Esta información se combina con una prótesis provisional personalizada, lo que facilita la fabricación de guías quirúrgicas y biomodelos en 3D, que llegan al hospital en un plazo de diez días.

El flujo de trabajo digital ha cambiado radicalmente la manera en que abordamos estos procedimientos», apunta Montesdeoca. «Ahora podemos predecir con mucha más exactitud el resultado final y garantizar una colocación óptima de los implantes».

Casos clínicos y estrategias avanzadas

Uno de los casos recientes tratados por el equipo del Hospital Universitario La Luz es el de una paciente con un mixoma odontogénico, un tumor poco frecuente que obligó a realizar una maxilectomía parcial izquierda. “En un primer intento se usó un injerto óseo, pero no tuvo el éxito esperado. Finalmente, logramos una reconstrucción efectiva con dos implantes cigomáticos guiados y un implante endoóseo convencional. Esta combinación nos permitió una rehabilitación funcional y estética, asegurando una correcta emergencia de los implantes en la encía”, detalla Montesdeoca.

Las estrategias varían según el caso. En pacientes con maxilares extremadamente atróficos, la técnica más utilizada es la carga inmediata con dos implantes en cada lado (cigoma quad), que ha demostrado un 99,2% de éxito a cinco años y un 98,2% a diez años.

Por otro lado, en pacientes oncológicos que han recibido radioterapia, la rehabilitación suele ser más conservadora debido a la calidad del tejido gingival y los efectos del tratamiento en la cicatrización.

«Estos desarrollos están marcando una nueva era en la rehabilitación oral y maxilofacial», concluye el especialista. «No solo estamos logrando devolver la funcionalidad y la estética a nuestros pacientes, sino que también estamos mejorando su calidad de vida de manera significativa».

Ifema Noviembre
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