El Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) es una pieza básica para Quirónsalud, tal y como lo demuestra el último balance de actividad de 2020. Su directora, la Doctora Carmen Ayuso, nos cuenta cómo se desarrolló su actividad en el intenso año 2020. Una de las claves de su éxito ha sido la agilidad.
Presentadas las cifras de la actividad investigadora de Quirónsalud, ¿cree que de no haber existido pandemia se habrían logrado cifras tan altas?
Es imposible saberlo, pero el aumento en los resultados de la investigación durante la pandemia se ha visto no solo en el Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD) y en todo Quirónsalud, sino en otras muchas instituciones de investigación biomédica, como los institutos de investigación sanitaria que hay en todo el país.
Por tanto, es muy posible que la pandemia haya tenido un efecto potenciador de los resultados en investigación. En mi opinión, y entre otras muchas otras causas, esto se debe a que la pandemia ha estimulado la necesidad de investigar para dar respuesta a muchos de los interrogantes que planteaba, y a que el hecho de no poder estar en los laboratorios ha obligado a los investigadores a escribir artículos derivados de su actividad previa, lo que ha incrementado las publicaciones.
Otro factor importante de esta intensidad en la investigación se debe al centro que usted dirige en la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD). ¿Qué valor le da usted dentro de la estrategia de investigación del Grupo?
En efecto, el IIS-FJD aporta un porcentaje significativo a los indicadores de investigación de Quirónsalud, como ocurre, en general, con los institutos de investigación sanitaria acreditados en España, cuyas características les hacen particularmente valiosos y muy orientados hacia la investigación biomédica.
Durante la pandemia se mantuvo una actividad muy intensa por parte del Comité de Ética de la Investigación para evaluar todos los estudios que se recibían, incluyendo los vistos buenos para la presentación para convocatorias con financiación específica, y priorizar los estudios realizados con SARS-CoV 2″
En primer lugar, porque su actividad gira en torno a un hospital universitario, en nuestro caso a la Fundación Jiménez Díaz. En segundo lugar, porque se alían con otros organismos de investigación sanitaria, en nuestro caso con la Universidad Autónoma de Madrid, una de las de mayor prestigio de nuestro país y, en concreto, extraordinariamente potente en el área de Biomedicina. Y, por último, porque desarrollan su actividad sin ánimo de lucro, orientados a mejorar la salud de los ciudadanos.
Investigación – Covid – IIS-FJD. ¿Qué nos puede decir de esta relación y cuáles son los resultados más importantes de ella?
Desde la primera ola, se constituyó un comité de crisis y se elaboró un plan de contingencia para abordar la investigación, mantener la seguridad de los investigadores y apoyar en todas las tareas, sanitarias y específicas de investigación, relacionadas con la Covid-19. Así, durante la pandemia se mantuvo una actividad muy intensa por parte del Comité de Ética de la Investigación para evaluar todos los estudios que se recibían, incluyendo los vistos buenos para la presentación para convocatorias con financiación específica, y priorizar los estudios realizados con SARS-CoV 2.
Además, otras estructuras de apoyo, como la Unidad de Investigación Clínica o el Biobanco y el Área de Gestión, mantuvieron y potenciaron su actividad como plataformas de apoyo para el desarrollo de la investigación. El animalario también mantuvo su actividad y eso permitió mantener las colonias de animales y realizar algunos experimentos en ese periodo.
Investigación Covid
Pero lo más importante fue lo que realizaron los investigadores en el campo de investigación específico sobre la enfermedad causada por SARS-CoV 2 gracias a ese apoyo. Así, durante el año 2020 se desarrollaron en el IIS-FJD 20 ensayos clínicos sobre tratamientos o dispositivos para la Covid-19, 15 de los cuales eran de promotor académico y 6 específicamente promovidos por nuestros investigadores. Se aprobaron 103 estudios observacionales y 10 proyectos de investigación relacionados con la Covid-19
Como consecuencia de esta actividad científica concreta (Covid-19) se publicaron 136 artículos, 118 de los cuales tuvieron factor de impacto, 63 de ellos en Q1 y 24 en D1, con un factor de impacto medio de 4,61 y un factor total de 543,841.
Entre los proyectos de investigación, me gustaría mencionar la investigación básica, como los estudios sobre los factores genéticos del huésped que condicionan la susceptibilidad a infección o la evolución de la enfermedad, y también sobre los aspectos genéticos del propio virus, así como el desarrollo de algoritmos y modelos predictivos que identifican los biomarcadores y parámetros que nos pueden ayudar a predecir la evolución de la enfermedad. Varios de ellos están dando lugar a publicaciones específicas.
Usted ha trabajado en entornos públicos, privados, nacionales e internacionales. ¿Ha encontrado la agilidad que necesita esta disciplina en el Instituto de la FJD?
Naturalmente, sí. Esta agilidad viene dada porque los trámites son rápidos, todas las estructuras de apoyo están orientadas a atender las necesidades de los investigadores y a conseguir resultados de investigación aplicables a la salud de las personas, permitiéndonos, además, desarrollar soluciones adaptadas a cada problema planteado, y todo el personal, de gestión, investigador y directivo, está muy volcado en atender estas necesidades.
A lo largo del año se han dado a conocer avances muy importantes en distintas especialidades. ¿De qué proyecto se siente más orgullosa y cuál cree que representa una gran revolución
No puedo elegir porque han sido muchos y de muchísimo interés. Ha habido mucha investigación sobre distintos tratamientos para Covid-19, también sobre sus bases etiopatogénicas, aspectos epidemiológicos y clínicos; y artículos de análisis y opinión sobre aspectos regulatorios o bioéticos de la investigación en vacunas. Pero durante el año 2020, también ha habido resultados del mayor interés en las áreas de Oncología, Cardiovascular, Nefrología y terapias avanzadas, entre otras… Y todos se han reflejado en publicaciones de muchísimo impacto.
Me gustaría destacar los estudios sobre los factores genéticos del huésped que condicionan la susceptibilidad a infección o la evolución de la enfermedad del Covid-19”
¿Se ha tenido que reinventar usted como investigadora tras la llegada de la pandemia? ¿Cuál es el gran punto de inflexión que ha traído la crisis a su ámbito?
La pandemia ha evidenciado la necesidad de trabajar en entornos difíciles, colaborar, utilizar herramientas telemáticas, no olvidar las necesidades de las personas más próximas – sin atender las de los trabajadores sanitarios y los investigadores difícilmente podremos solucionar los problemas planteados- y, sobre todo, de organizar estructuras que permitan atender esta situación de emergencia de manera rápida y ser preventivos, no solamente reactivos.
La investigación básica aporta elementos que, en un momento determinado, han dado respuesta a la pandemia, como la vacuna o los estudios epidemiológicos… Sin investigación habría sido imposible contrarrestar el efecto devastador de la pandemia.
Una de las preguntas del millón con el virus SARS-CoV 2 es por qué la respuesta a la infección puede ser tan variable en los pacientes. Usted que es experta en genética, ¿puede ser una cuestión de genes?
Sí, hay muchas razones que lo explican. En primer lugar, existen factores genéticos de riesgo y de protección para contraer la enfermedad. Pero hay muchísimos otros, como la infectividad del virus (hay cepas mucho más infecciosas que otras); los hábitos sociales, de proximidad o estar en entornos con muchas personas, que están influyendo muchísimo; por supuesto las comorbilidades (obesidad e hipertensión, por ejemplo), factores raciales, la edad, el sexo (la edad avanzada no favorece especialmente contraer la infección, pero sí una evolución letal con muchísima probabilidad y también el sexo masculino está menos protegido frente a un desarrollo adverso de la enfermedad).
Así que sí, los factores genéticos, pero también clínicos, demográficos y sociales, tienen que ver con la mayor vulnerabilidad a contraer la infección y también a desarrollar una evolución peor.
Lo que sí queda claro es que la genética tiene un papel clave en la medicina personalizada. ¿Qué espera de la inteligencia artificial y la rapidez que pueda aportar para elegir el tratamiento adecuado para cada paciente?
El futuro que nos espera de la medicina personalizada serán estudios o análisis comprehensivos que incluirán información de muy diversa naturaleza de las personas: información genómica, de factores de riesgo que predisponen a tener enfermedades o a protegernos de ellas, factores que nos hacen desarrollar una determinada evolución ante una enfermedad o tener una mejor o peor respuesta al tratamiento…; el Big Data o los metadatos, que aportan información de salud de las personas (estilo de vida, antecedentes personales o familiares, biomarcadores de todo tipo)…
Y, por último, el análisis epidemiológico de todos esos datos para, a través de algoritmos, establecer perfiles correspondientes a determinados tipos de diagnóstico, respuesta al tratamiento, etc. Con toda esta información y su análisis se podrá mejorar el tratamiento, hacer grupos de pacientes en los que adaptar el conocimiento que tenemos o predecir el posible mejor diagnóstico en un paciente.
Aunque esta aproximación se viene realizando desde hace bastante tiempo, la tecnología nos va a permitir realizar estos análisis en conjunto establecer conclusiones a través de algoritmos con mayor rapidez y precisión.
Los tiempos obligan a que las tecnologías sanitarias sean un área prioritaria para investigar. ¿Qué enfoque y recursos dedican a esta vertiente en el IIS-FJD?
Efectivamente, las nuevas tecnologías son muy importantes. En nuestro instituto hay un área específica que está identificando nuevas formas de diagnóstico y de tratamiento, desde el descubrimiento de una modificación de una técnica quirúrgica, un dispositivo o incluso tratamientos tan novedosos como la terapia celular o la terapia génica, hasta la identificación de biomarcadores.
Los factores genéticos, pero también clínicos, demográficos y sociales, tienen que ver con la mayor vulnerabilidad a contraer la infección por Covid-19 y también a desarrollar una evolución peor”
En el IIS-FJD el área de Genómica es transversal y proporciona herramientas para realizar estudios en enfermedades raras y enfermedades comunes por parte de otros grupos y en otros campos, así como por el grupo de Anatomía Patológica en el área del cáncer, y nuestra institución dedica conocimiento, recursos y desarrollos tecnológicos para mejorar esta aproximación diagnóstica y terapéutica a los pacientes y a la promoción de la salud (prevención).
Como investigadora, ¿tiene conocimiento del camino que se está haciendo con los proyectos españoles de vacuna contra la Covid-19? ¿Su institución puede jugar un rol relevante en el proceso?
Debemos felicitarnos del desarrollo español de las vacunas frente a la Covid-19; indica que la ciencia y la investigación en España están muy vivas y tienen mucho interés. Nuestra institución ha participado en algún ensayo de vacunas, pero no directamente en la parte preclínica o en el desarrollo de ensayos clínicos de promotor no comercial para las vacunas. Sí hemos tenido aportaciones interesantes en el ámbito de las recomendaciones, desde el punto de vista bioético y regulatorio, con algunas publicaciones muy notorias en este ámbito.