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Linfoma cerebral: un tumor raro, difícil de detectar

El linfoma cerebral es un tumor poco frecuente que afecta exclusivamente al sistema nervioso central. Según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), constituye aproximadamente el 4 % de los tumores intracraneales y entre el 1 % y el 2 % de todos los linfomas diagnosticados. A diferencia de otros tipos de linfoma, este tumor se origina a partir de linfocitos anormales que proliferan en el cerebro, aunque en ocasiones puede localizarse también en el cerebelo o en la médula espinal.

El Dr. Javier Cornago, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Ruber Internacional, explica que este tipo de tumor primario no se extiende a otros órganos como los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo. Por esta razón, el linfoma cerebral se considera una enfermedad localizada, aunque no por ello menos peligrosa. Su incidencia es baja, pero su complejidad diagnóstica y el impacto en la calidad de vida del paciente lo convierten en un desafío para los especialistas.

Dr. Javier Cornago Navascués

Síntomas: señales que no debemos ignorar

El linfoma cerebral suele manifestarse con síntomas neurológicos que, en muchos casos, pueden confundirse con otras afecciones cerebrales, lo que dificulta un diagnóstico temprano. Los principales síntomas incluyen:

En fases más avanzadas, los pacientes pueden experimentar desorientación, problemas de memoria o cambios de comportamiento. Estas señales son resultado de la ubicación del tumor y la presión que ejerce en las estructuras cerebrales circundantes.

Diagnóstico: un proceso riguroso

Dado que los síntomas del linfoma cerebral son inespecíficos, su diagnóstico requiere un enfoque riguroso y multidisciplinar. En primer lugar, los especialistas suelen realizar una serie de pruebas de imagen cerebral, como la resonancia magnética (RMN) o la tomografía computarizada (TC). Estas herramientas permiten identificar la presencia de masas anormales en el cerebro.

Una vez detectada una posible lesión, el siguiente paso es confirmar la naturaleza del tumor mediante una biopsia cerebral. Según el Dr. Cornago, este procedimiento es fundamental para diferenciar el linfoma cerebral de otras enfermedades como accidentes cerebrovasculares, infecciones del sistema nervioso central o tumores cerebrales primarios. La biopsia proporciona un diagnóstico histológico preciso, clave para determinar el tratamiento adecuado.

Además, se llevan a cabo otras pruebas complementarias:

  1. PET-TC: permite verificar si el tumor está limitado al sistema nervioso central o si se ha diseminado a otros tejidos.
  2. Punción lumbar: se utiliza para analizar el líquido cefalorraquídeo y buscar células tumorales.

Aunque la incidencia del linfoma cerebral es mayor en personas con VIH, la mayoría de los casos ocurren en pacientes inmunocompetentes. Según los especialistas, el principal factor de riesgo es la edad avanzada, pero no existen causas específicas directamente relacionadas con esta enfermedad.

Tratamientos del linfoma cerebral : un enfoque innovador y personalizado

El tratamiento del linfoma cerebral requiere un enfoque integral y multidisciplinar, que combine terapias avanzadas y un seguimiento médico exhaustivo. A continuación, se describen las principales estrategias terapéuticas utilizadas:

Corticosteroides

En una primera fase, los corticosteroides suelen emplearse para reducir la inflamación cerebral y aliviar los síntomas asociados al edema provocado por el tumor. Aunque su efecto es rápido y proporciona una mejoría inicial significativa, no son una solución definitiva, ya que no atacan directamente la causa del linfoma.

Quimioterapia

La quimioterapia es el pilar fundamental del tratamiento del linfoma cerebral. Se utilizan fármacos capaces de atravesar la barrera hematoencefálica, una estructura que protege al cerebro, para alcanzar directamente las células tumorales. Según el Dr. Cornago, este enfoque puede lograr tasas de respuesta elevadas si se administra en las dosis adecuadas.

Radioterapia

La radioterapia cerebral puede utilizarse como complemento a la quimioterapia, pero no se considera curativa cuando se emplea de forma aislada. Además, en pacientes mayores, la radioterapia puede asociarse con efectos secundarios significativos, como alteraciones cognitivas o demencia. Por este motivo, su uso debe individualizarse cuidadosamente en función de las características del paciente.

Terapias avanzadas

En los casos en los que la quimioterapia convencional no resulta efectiva, se pueden explorar tratamientos innovadores, como la protonterapia o la terapia celular CAR-T. Esta última consiste en modificar genéticamente los linfocitos T del paciente para que ataquen específicamente las células tumorales. Aunque estas terapias aún están en fases experimentales, representan una esperanza para los pacientes con linfomas resistentes.

Un equipo multidisciplinar al servicio del paciente

El equipo médico del Servicio de Hematología del Hospital Ruber Internacional, liderado por la doctora Pilar Llamas, está formado por cinco facultativos con amplio recorrido profesional en distintos ámbitos de la especialidad

El tratamiento del linfoma cerebral requiere la colaboración de un equipo médico especializado. En el caso del Hospital Ruber Internacional, el Servicio de Hematología, liderado por la Dra. Pilar Llamas, cuenta con un equipo multidisciplinar que combina experiencia en hematología, oncología, radiología y patología.

Este enfoque integral es clave para abordar todos los aspectos de la enfermedad, desde el diagnóstico inicial hasta el manejo de complicaciones asociadas al tratamiento. Por ejemplo, los especialistas subrayan la importancia de prevenir el riesgo trombótico en pacientes con linfoma, ya que estas complicaciones pueden surgir durante los procedimientos médicos, como la colocación de catéteres para quimioterapia o la realización de punciones lumbares.

Además, el hospital cuenta con servicios de Anatomía Patológica y Radiodiagnóstico, que desempeñan un papel esencial en la identificación y caracterización del linfoma cerebral.

Innovación en hematología: razones para la esperanza

La hematología es una especialidad en constante evolución, impulsada por avances en el diagnóstico y el desarrollo de nuevas terapias que aumentan la tasa de supervivencia de los pacientes con linfoma cerebral. Según el Dr. Cornago, los esfuerzos de investigación se centran en mejorar las técnicas diagnósticas para detectar la enfermedad en fases más tempranas y en perfeccionar los tratamientos para reducir los efectos secundarios y aumentar la eficacia terapéutica.

El linfoma cerebral, aunque raro, ya no es una enfermedad sin opciones. Las nuevas terapias, como la inmunoterapia y la terapia celular, están marcando un antes y un después en el manejo de esta patología. Además, el enfoque multidisciplinar y la personalización de los tratamientos están logrando que más pacientes puedan superar este tipo de cáncer y recuperar su calidad de vida.

Hacia un futuro más prometedor en el abordaje del linfoma cerebral

Aunque el linfoma cerebral es un tumor raro y desafiante, los avances en el diagnóstico y tratamiento están brindando nuevas esperanzas a los pacientes. Desde la importancia de un diagnóstico temprano hasta la exploración de terapias innovadoras como la protonterapia y las CAR-T, el abordaje de esta enfermedad ha evolucionado significativamente en los últimos años.

La colaboración entre equipos médicos especializados, la investigación científica y el desarrollo de nuevas terapias son fundamentales para seguir mejorando el pronóstico de los pacientes con linfoma cerebral. Como señala el Dr. Cornago, «hay razones para la esperanza».

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