Un estudio del sueño facilita el abordaje de la epilepsia

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Justamente hace una semana se celebraba el Día Internacional de la Epilepsia, en donde dábamos a conocer que 400.000 personas en España padecen esta enfermedad, cuya clave para su abordaje consiste en un diagnóstico correcto.

Dicho diagnóstico se puede llevar a cabo desde un estudio del sueño y para ello recurrimos a la explicación del doctor Eduard Estivill, quien es un especialista de la Unidad de Gestión del Descanso en Olympia, centro de Quirónsalud en Madrid. En primer lugar, el neurofisiólogo destaca que la acción del sueño actúa como un facilitador “tanto de crisis como de anomalías epileptiformes, es decir alteraciones eléctricas en el cerebro sin cuadros clínicos asociados”.

El estudio del sueño: fase REM y no REM

Dentro de un estudio del sueño, se pueden distinguir dos etapas: la fase no REM, que incluye a las primeras etapas del sueño y el sueño profundo; y la fase REM. Es en la primera donde se evidencia las crisis epilepsia y las anomalías en la actividad cerebral. “La fase REM, por el contrario, tiene un carácter inhibidor de crisis”, explica el doctor.

Eduard Estivill
Dr. Eduard Estivill.

Un estudio del sueño, prosigue Estivill, se realiza en clínicas especializadas en condiciones de privación de sueño. Este contexto facilita un correcto diagnóstico de la epilepsia, ya que en la privación de sueño aumenta el riego de que se presenten crisis epilépticas.

La buena calidad del sueño

La calidad del sueño es clave en las personas porque favorece y mejora la calidad de vida y reduce los cuadros clínicos en pacientes con epilepsia. Para impulsar la llamada higiene del sueño, el experto recomienda evitar rutinas como evitar pantallas, alcohol o bebidas energizantes cercanos a la hora de dormir.

Estas pautas evitan la fragmentación del sueño y disminuyen la aparición de distintos episodios clínicos como la epilepsia.

“El sueño repercute sobre las manifestaciones epilépticas, pero también la epilepsia influye en el sueño, tanto de manera directa como indirecta. Los pacientes que presentan crisis nocturnas normalmente presentan un sueño más inestable, con mayor cantidad de despertares en detrimento del correcto descansar. El tratamiento farmacológico para tratar los cuadros epilépticos puede provocar, en algún caso, aumento en la somnolencia diurna que repercute sobre la vida cotidiana, el descanso, y el bienestar en general”, concluye el doctor Estivill.

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