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Una cirugía de la obesidad rápida, segura y que soluciona otras complicaciones derivadas como la diabetes

Hace diez años, los pacientes con obesidad mórbida se enfrentaban a una cirugía compleja que causaba mucho respeto. Sin embargo, hoy se trata de una operación sencilla, rápida y segura capaz de corregir otras complicaciones relacionadas como la hipertensión o la diabetes.

 

Lo asegura uno de los mayores expertos en España en esta cuestión, el Dr. Jorge Solano Murillo, Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirónsalud Zaragoza.

Tratamiento de la obesidad en Quirónsalud.
Dr. Jorge Solano Murillo, Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirónsalud Zaragoza.

El 80% de las intervenciones quirúrgicas en España se realizan ya por laparoscopia. ¿Tiene mucho margen de mejora esta técnica? ¿Qué avances están por llegar a los quirófanos?

Este porcentaje es relativo. Si nosotros cogemos todas las intervenciones quirúrgicas, hay algunas que no podemos hacer por laparoscopia. Se dice que un servicio de cirugía llega al nivel de excelencia cuando del total de intervenciones, el 30% son de cirugía laparoscópica. Cuando analizamos las operaciones que sí que es posible realizarlas por vía laparoscópica, quizás no sean tantas como el 80%, sin embargo en nuestra Unidad el 99,2% se han hecho por laparoscopia en el último año.

En cuanto al margen de mejora, dependemos de dos cosas, por un lado la formación del cirujano y por otro de la tecnología de la que disponemos. Hoy por hoy, las tecnologías son las que mandan. Los avances que pueden llegar quizás estarían orientados a la robótica, haciéndola más asequible.

En nuestra especialidad, quizás los avances que están por llegar tengan que ver con la fisiopatología, es decir, los mecanismos por los que se producen las enfermedades. Entender cómo funcionan las operaciones que hacemos y porqué curan determinadas enfermedades.

El día que descubramos eso, habrá patologías que se puedan tratar con medicamentos sin necesidad de pasar por el quirófano. Por ejemplo, cuando se conoció la fisiopatología de la úlcera del estómago, se sacaron medicamentos como el Omeprazol que hicieron desaparecer las operaciones de este tipo.

 

Como experto en el tratamiento de la Obesidad Mórbida, ¿qué le puede decir a aquellos pacientes con esta patología que tienen miedo a una intervención de este tipo?

Yo lo que les diría es que esta cirugía en los últimos diez años ha cambiado de forma radical. De ser una cirugía que se hacía muy de vez en cuando, ahora se hace muy habitualmente. Si se realiza en unidades con expertos en esta intervención (no la puede hacer cualquiera), estamos hablando de una cirugía rápida, muy efectiva y muy segura.

Los primeros bypass antes tardaban en operarse cinco horas y ahora el proceso es de media hora. Hoy por hoy el porcentaje de complicaciones de esta cirugía bajan del 2%, y las mortalidades y complicaciones graves a veces son del 0,25%. Es casi más segura una cirugía de obesidad bien hecha, que una cirugía de vesícula biliar. Además, al hacerse por laparoscopia, el paciente abandona el hospital a las 48 horas.

Hospital Quirónsalud Zaragoza.

 

La Cirugía de la Obesidad ha pasado a denominarse Cirugía Metabólica por todos los tratamientos y avances que han corregido otras complicaciones. ¿Eso le obliga a usted y sus colegas a estar pegados siempre al laboratorio y la investigación?

Por supuesto. Con la cirugía de la obesidad, de forma casual, hemos descubierto que se pueden corregir otros problemas derivados de la obesidad como la diabetes o la hipertensión. Eso nos obliga a estar pegados al laboratorio, a investigar, estudiar continuamente y a contactar con otros especialistas y colaborar con ellos.

 

Para estos pacientes, la labor del cirujano es importante, pero también la de otros especialistas como nutricionistas y psicólogos, entre otros. ¿Cuál es el modus operandi de su hospital para estos casos?

En Quirónsalud Zaragoza no solo hay cirujanos y anestesistas especializados, sino que en la Unidad también hay endocrinos, nutricionistas, digestólogos, radiólogos y psiquiatras. Eso es el mínimo con el que tenemos que colaborar. Se habla con cada uno de ellos, porque cada paciente nos ve a todos tanto antes como después de la intervención.

 

Y la figura de cada uno de ellos es imprescindible en según qué momento del proceso…

Exactamente. La Unidad interviene en dos fases, en la selección del paciente antes de operar y luego por supuesto la labor postoperatoria es fundamental a la hora de llevar un control a medio y largo plazo.

 

¿Cuál es la cirugía más compleja a la que se ha enfrentado en su especialidad y que resultado obtuvo?

Voy a repetir una frase que en su día dijo un gran cirujano cuando le hicieron la misma pregunta. “La operación más sencilla que he realizado ha sido una apendicitis. Y la más difícil, otra apendicitis”. Con esto quiero decir que cada caso tiene su complejidad. Probablemente, la cirugía más compleja que yo he hecho fue la cirugía de bypass cuando comenzamos a hacerla por laparoscopia, en el año 2000.

No teníamos la tecnología que disponemos ahora y mucho menos la experiencia. El resto de nuestros colegas estaban atónitos al intentar una cirugía de esas características por laparoscopia. Pero lo que en tiempos era locura ahora se ha transformado en normalidad.

 

A pesar de los riesgos que se generan en personas obesas, se dice que hay obesos sanos y obesos enfermos. ¿No siempre la operación es la mejor de las soluciones para un persona obesa?

La obesidad en sí es una enfermedad, entonces obesos sanos no hay ninguno. Yo lo clasifico de la siguiente forma: hay obesos que solo tienen esa enfermedad y, por otro lado, obesos que ya han desarrollado complicaciones de la enfermedad. Respecto a si operar o no, está muy establecido cuándo se debe operar a un paciente obeso. Si éste tiene un índice de masa corporal (IMC) mayor de 40, hay que operar, es la única solución que hay. Si tiene un IMC mayor de 35 y asocia alguna enfermedad derivada, también debemos operarle.
Un capítulo aparte está en la diabetes, que es lo más novedoso que llevamos haciendo desde el año 2010, en donde se opera a partir de un IMC de 30.

 

¿Son capaces de solucionar la diabetes de tipo 2 en estos casos?

Con más de 400 pacientes operados, en el 82% de los casos el paciente sale sin ningún tratamiento asociado a la diabetes, ni pastillas, ni insulina.

 

La diabetes tipo 2 se puede corregir con la cirugía de la obesidad.

 

¿Por qué las opciones de éxito bajan en personas no obesas que buscan tratarse la diabetes tipo 2 con la cirugía?

Nos gustaría saberlo, pero lo desconocemos. Y es que la cirugía de la diabetes fue una gran casualidad. Vimos que cuando operábamos pacientes obesos mórbidos que tenían diabetes, a más de un 90% se les curaba la diabetes. Eso lo sabíamos desde el año 1994 y ahora empezamos a comprenderlo porque hay muchas hormonas en el intestino que se van activando conforme pasa la comida.

Según por dónde pasa la comida, se activan hormonas que hacen que suban o bajen los niveles de azúcar. Esto que conocemos es una parte muy pequeña de todo el proceso.
Estadísticamente, un paciente con un IMC de 30 o superior, el porcentaje que podemos esperar de curación es del 82%.

El porcentaje de mejora es del 100%. De los 400 pacientes operados, había 286 con insulina y ahora nos queda solo uno y con bajas dosis. En cuanto el IMC es inferior a 30, sabemos que el porcentaje de éxito baja a un 50%, pero desconocemos más allá, debido a la gran cantidad de hormonas que se han descubierto. El día que sepamos el porqué será increíble.

Cuando se descubra este proceso de interrelación de hormonas, el abanico de personas que podrán operarse de diabetes será amplísimo…
Más de la mitad de los diabéticos tipo 2 de este país cumple esos requisitos.

 

No obstante, hay diabetes que no dan síntomas durante años y a la hora de tratarlos ya han causado algunos daños. ¿Cómo se hace una prevención activa de esta enfermedad?

La diabetes tipo 2 es la más frecuente.

 

La diabetes tipo 2, que es la más frecuente de este país (90% de casos), la forma más frecuente de descubrirla es por casualidad o porque ya ha dado algún tipo de complicación. La mayor parte de los diabéticos tipo 2 pueden llevar años arrastrando esta enfermedad sin saberlo. La descubrimos en revisiones periódicas, preoperatorios o cuando el paciente se va a urgencias por una complicación. La prevención debe estar relacionada con el ejercicio físico y dieta o algo tan sencillo como hacerse un análisis de sangre una vez al año.

 


Un estudio genético revela información importante, sin embargo es imposible con la prevención que deje de aparecer alguna de estas patologías. ¿Qué importancia le dan ustedes a la genética?

Una cosa es la genética y otra es la predisposición familiar. El papel de la genética en la diabetes tipo 2 influye poco o nada en ella. No es una enfermedad que se herede. Lo que sí es cierto es que si en la familia hay pacientes diabéticos de tipo 2, aumentan las probabilidades de que el individuo sea diabético, máxime si sus progenitores fueron diagnosticados antes de los 50 años.

 

Se calcula que podría haber unas 700 millones de personas obesas en el mundo. Dada su repercusión como especialista de esta patología, ¿le han tentado de otros países de alta población obesa para desarrollar allí su trabajo?

Sí, varias veces. Pero yo soy muy de mi tierra y me gusta cómo desarrollo mi trabajo. Lo más importante, cosa que hemos hecho, es formar a los demás profesionales Cirujanos que pasan por nuestro quirófano y ven qué técnicas utilizamos (más de diez distintas) y sepan porqué las usamos, que es fundamental. Tenemos que adaptar la técnica al paciente y no al revés. Esa es la clave del éxito.

 


Dr. Jorge Solano.

CURRICULUM VITAE – Dr. Jorge Solano

EXPERIENCIA PROFESIONAL


• Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada. Hospital Quirónsalud Zaragoza.
• Profesor Asociado de Cirugía. Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza.
• FEA Hospital Royo Villanova (Zaragoza).
• Profesor Colaborador CCMI.

 

TÍTULOS ACADÉMICOS


• Licenciado en Medicina y Cirugía. Facultad de Medicina, Universidad de Zaragoza. (1980-86). Calificación: Sobresaliente.
• Doctor en Medicina y Cirugía. Facultad de Medicina. Universidad de Zaragoza. (1992).
• Calificación: Aptp “Cum Laude” y premio extraordinario de doctorado.
• Diplomado Universitario en Cirugía Laparoscópica por la Euro Mediterranean School of Endoscopic Surgery. (2001).

 

TESIS DOCTORAL EN MEDICINA Y CIRUGÍA


• Gastroplastia vertical con cerclaje. Una alternativa de tratamiento ante la obesidad mórbida. Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Presentada el 2 de Diciembre de 1992. Calificación: Apto “Cum Laude”.
• Premiado con Premio Extraordinario de Doctorado. Areas Biomédicas. 16 de Marzo de 1994.

 

TÍTULO DE ESPECIALISTA EN CIRUGÍA GENERAL Y DEL AP. DIGESTIVO

• Médico Interno Residente. Convocatoria MIR 1986.

 

OPOSICIONES GANADAS

• Alumno interno Pensionado de Cirugía General y del Ap. Digestivo de la Facultad de Medicina. Universidad de Zaragoza, 1985.
• Convocatoria Médicos Internos Residentes, especialidad Cirugía General y del Ap. Digestivo (1986).
• Médico Especialista en Cirugía General y del Ap. Digestivo del Gobierno de Aragón.
• Funcionario de Carrera Superior con el número 1 (2003).

 

EXPERIENCIA PROFESIONAL


• FEA. Servicio de Cirugía del Hospital de Alcañiz (Teruel). 1–1–1992 hasta 9–4–2000.
• Médico Especialista de Cirugía del Hospital Royo Villanova (Zaragoza). Abril 2000 – Enero 2013. Funcionario de carrera.
• Profesor colaborador con el Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Cáceres. Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada. Hospital Quirónsalud Zaragoza (febrero 2006- Actualidad).

 


 

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