Si la cara es el reflejo del alma, la piel puede serlo de la salud cognitiva. Ese dicho es el que se podría aplica escuchando la reflexión de la doctora Silvia Pérez Gala, responsable del servicio de Dermatología del Hospital Universitario La Luz de Madrid.
Y es que esta experta se ha visto sorprendida tras la publicación en revistas de alto impacto en las que se indica que la hidratación de la piel con una crema apropiada podría reducir el progreso del deterioro cognitivo en los mayores. Se ha estudiado en una muestra de 200 personas mayores que existe una relación entre una peor barrera cutánea en ancianos (hidratación de la piel) y una mayor disminución anual de la memoria verbal.
La hidratación de la piel previene del deterioro cognitivo
Basándose en estos hallazgos, la dermatóloga explica que esa reducción en la hidratación de la piel en las personas mayores puede dar como resultado una mayor exposición a toxinas y microbios, lo cual se traduce en inflamaciones generalizadas crónicas de bajo grado. “Actualmente se postula que la inflamación crónica es un mecanismo importante en la aparición y progresión de la demencia, y múltiples estados inflamatorios crónicos se han asociado con deterioro cognitivo posterior”, destaca la Pérez Gala.
No obstante, indica que no hay que ser simplistas con una patología tan compleja como el deterioro cognitivo o la demencia, aunque sí aplauda cualquier herramienta de mejora. “Si la hidratación de la piel con cremas emolientes dos veces al día pudiera contribuir de manera sencilla a mitigar en parte esta inflamación en ancianos, ¿por qué no empezar hoy mismo?”, se pregunta la especialista.
En términos generales, hay que decir que la piel refleja en muchas ocasiones patologías y estados que detectamos a través de ella. Por ejemplo, en el caso de la psoriasis, la afectación de las uñas podría ser una alerta de alteración articular de esta enfermedad. Los distintos órganos y las células que los componen no están aislados, hay multitud de hormonas, citocinas (pequeñas moléculas proteicas liberadas por células), la matriz extracelular (“entorno “en el que están las células), etc., que se dedican a la información y mantenimiento de nuestro organismo, siempre para bien.