Hoy, Día Mundial del Riñón, es una buena ocasión para hablar de un problema de salud en España como es la incidencia de la enfermedad renal crónica (ERC), tanto por el número de caos diagnosticados como por los que no lo están. La información que comparte para Directivos y Empresas el doctor Francisco Amaral-Neiva, jefe del servicio de Nefrología del Hospital Quirónsalud Málaga y especialista en el Hospital Quirónsalud Córdoba, evidencia una situación que, efectivamente, puede catalogarse como problema.
Y es que la enfermedad renal crónica afecta al 15% de la población adulta en España. Más allá de la oficialidad de este dato, lo alarmante es que dos de cada tres personas con esta patología no están diagnosticadas. El motivo de esta dura estadistas es que la ERC es una patología muy silenciosa que solo da muestras que se encuentra en fases avanzadas.
Una analítica básica anual: la mejor herramienta diagnóstico
Cuesta digerir estas cifras, ya que la detección de la enfermedad renal crónica es sencilla. Basta con una analítica básica, según explica el doctor Amaral-Neiva. La creatinina en sangre, parámetro presente en la mayoría de los análisis rutinarios, y la albuminuria en orina, que no siempre se incluye en los controles regulares son los parámetros a vigilar. «Este último indicador es clave para evaluar el daño renal y prevenir su avance», destaca el nefrólogo.
Las personas con factores de riesgo deben realizarse un control anual que incluya creatinina y albuminuria para detectar a tiempo cualquier alteración renal.

Un diagnóstico tardío puede acarrear consecuencias graves
La prevención y el diagnóstico de esta patología es clave para evitar consecuencias serias para la salud. Una detección tardía de la enfermedad renal crónica puede conducir a una insuficiencia renal terminal, lo que obliga a los pacientes a someterse a diálisis o a un trasplante de riñón.
Actualmente, más de 65.000 personas en España reciben terapia renal sustitutiva, lo que equivale al 0,1% de la población. Sin embargo, por cada paciente en diálisis, hay 100 en estadios iniciales de la enfermedad que podrían evitar su progresión con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
3 patologías asociadas a la enfermedad renal crónica
Entre sus principales causas están la diabetes, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia. Factores como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo también contribuyen a su aparición.
Desde los primeros estadios, la ERC aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad. Por ello, su detección precoz es clave para evitar complicaciones graves. «La hipertensión, la diabetes y la hipercolesterolemia son enfermedades asintomáticas y, cuando no están bien controladas, generan un daño progresivo en los riñones», subraya el especialista.
«Es esencial que las personas con estas patologías mantengan un control activo de su salud renal y adopten medidas preventivas para evitar complicaciones», concluye el doctor Amaral-Neiva.