Las varices en el embarazo es una afección común durante el periodo de gestación de la mujer. El doctor Pablo Gallo González, jefe de servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, explica para Directivos y Empresas cuáles son las causas y qué tratamientos son los más eficaces en la actualidad.
Causas de la aparición de varices en el embarazo
Las varices durante la gestación pueden deberse a varios factores, según explica el especialista:
- Genética: Las mujeres con antecedentes familiares de insuficiencia venosa tienen mayor probabilidad de desarrollar varices.
- Hormonas: El aumento de estrógenos y progesterona debilita las paredes de las venas, favoreciendo su dilatación.
- Presión venosa: El crecimiento del feto en el tercer trimestre aumenta la presión sobre las venas pélvicas, lo que puede derivar en la aparición de varices.
Por lo general, el doctor Gallo indica que esta afección suele ser más frecuente en mujeres con embarazos múltiples y en aquellas con un estilo de vida sedentario. Además, explica que las varices aparecen a partir del segundo trimestre y pueden agravarse con el avance de la gestación.
Varices en piernas y también en zonas pélvicas
Las varices pueden afectar principalmente las piernas, pero también pueden manifestarse en la zona genital o extenderse hasta los muslos. Aunque en algunos casos desaparecen después del parto, pueden generar molestias como dolor, pesadez en las piernas, edemas y sensaciones de pinchazos u hormigueo.
“Es importante acudir al especialista si se presentan síntomas como dolor intenso, inflamación asimétrica o enrojecimiento en una pierna, ya que podría tratarse de una trombosis venosa profunda”, advierte el Dr. Gallo. Además, el embarazo puede favorecer episodios de tromboflebitis o incluso trombosis venosa profunda en pacientes con alteraciones hematológicas o compresión venosa pélvica.

Prevención: hábitos saludables para evitar complicaciones
Aunque no siempre pueden prevenirse, es posible reducir su impacto con ciertas medidas:
- Mantener una alimentación equilibrada.
- Practicar ejercicio físico regularmente.
- Evitar estar demasiado tiempo de pie o sentado.
- Usar ropa cómoda y calzado adecuado.
- Evitar exposiciones prolongadas al calor.
- Elevar las piernas al descansar.
- Utilizar medias de compresión para mejorar la circulación.
Opciones de tratamiento
El tratamiento varía según la gravedad de la insuficiencia venosa. Durante el embarazo, se recomiendan medidas conservadoras como ejercicios y medias de compresión. Tras el parto, una evaluación médica determinará si se requieren intervenciones adicionales.
“Si la vena safena está afectada, los tratamientos endovasculares pueden ser una opción eficaz. Estas técnicas mínimamente invasivas permiten una excelente recuperación sin necesidad de cirugías abiertas”, explica el Dr. Gallo. En el caso de varices pélvicas, también existen procedimientos como la embolización, que permite tratar las venas enfermas con una pequeña intervención realizada desde el brazo, minimizando riesgos y facilitando la recuperación.
El adecuado seguimiento médico y la adopción de hábitos saludables pueden marcar la diferencia en la salud venosa durante y después del embarazo. La prevención y el tratamiento oportuno son esenciales para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de las mujeres embarazadas.