Ser líder en la digitalización significa guiar a un equipo de personas para conseguir un objetivo común a través de la persuasión.
Esta básica definición construida a partir de anotaciones académicas, puede dejar poco margen de discusión. Sin embargo, a medida que vamos desgranando este clásico concepto, parece crecer la necesidad de ser releído y precisado.
Una necesidad que nace tras la irrupción de la digitalización en el contexto empresarial. Un fenómeno tan incierto como esperanzador.
En pocos años, la digitalización ha pasado de ser observada como un mero elemento estético del liderazgo a ser asumida como un rasgo que claramente determina el ADN del líder.
La apuesta por integrar esta nueva cultura en las empresas es una tarea de obligado cumplimiento para cualquier líder que hoy busca dirigir un proyecto de éxito.
La digitalización marca el paso y el líder debe trabajar para alcanzar su ritmo”
El impulso de la digitalización, además de ser uno de los atributos más importantes que debe tener un líder según los expertos de PROLIDER© 2018, es una de las cualidades más transversales y que mayor urgencia de ejecución reclama.
La velocidad de la digitalización
Las compañías están asistiendo a un escenario empresarial insólito en el que la digitalización avanza a mayor velocidad que sus propias estructuras operativas y culturales.
Una realidad que generalmente obliga a líderes empresariales a obedecer las normas del ecosistema digital en el que se asientan, teniendo a veces incluso que sacrificar buena parte de poder de influencia que años atrás tenían afianzada.
Dicho de otro modo: la digitalización puede presumir de marcar el paso y el líder debe trabajar para alcanzar su ritmo.
La transformación digital es a día de hoy una asignatura pendiente tanto para las principales multinacionales españolas del IBEX 35 como para sus líderes, según el programa PROLIDER© de los últimos años.
El estudio determina que este es uno de los atributos más débiles. La directora del programa, Lucía García, asegura que “los expertos reconocen esta apuesta de los líderes aunque aún la consideran insuficiente” y afirma que “los presidentes y CEOs más jóvenes están más asociados a un liderazgo que incorpora lo digital y la innovación”.
Sin embargo, advierte que “aquellos que no apuesten por sumarse a esta trasformación, es posible que se queden rezagados”.
En esa línea también se podría ubicar el estudio Global Human Capital Trends de Deloitte tras señalar un sorprendente resultado: sólo el 5% de las empresas sienten que cuentan con líderes digitales sólidos.
El líder digital
Valoraciones como estas contribuyen a sostener que la fotografía actual del líder digital sigue siendo borrosa, a pesar de haberse interiorizado ya la idea de que su resolución es un objetivo prioritario.
El nuevo escenario coyuntural exige al líder una mayor formación para poder mitigar riesgos operacionales, tecnológicos y reputacionales”
En este punto, nos preguntamos cómo evolucionará este fenómeno en los próximos años. Contamos con datos alentadores como, por ejemplo, que el 72% de las empresas están desarrollando o comenzando a desarrollar nuevos programas de liderazgo en gestión digital, según Deloitte University Press, o como que las universidades y escuelas de negocios españolas están incorporando un enorme número de especializaciones relacionadas con la digitalización y el liderazgo.
En resumen: los nuevos retos coyunturales exigen mayor especialización al nuevo líder para poder mitigar riesgos.
Riesgos de la digitalización para el liderazgo
¿Cuáles son actualmente los principales riesgos para un líder? La encuesta ‘Global CEO Outlook 2017’ de KPMG, indica que son, en ese orden: los riesgos operacionales, los relacionados con disrupciones tecnológicas y la reputación.
Tres tipos de riesgos correlacionados que reclaman al líder, además de una rigurosa Gestión de Riesgos Reputacionales, una preparación exhaustiva y un cambio de cultura corporativa centrada en la innovación.
Compañías como Telefónica ya han defendido la puesta en marcha de un pacto digital para que todas las empresas españolas tengan facilidades para adaptarse a esta nueva era.
En definitiva, si al comienzo de este artículo se señalaba que “liderar significa guiar a un equipo de personas para conseguir un objetivo común a través de la persuasión”, parece lógico precisar que será posible persuadir y, en consecuencia, guiar, en la medida en que el nuevo líder comulgue con los nuevos esquemas empresariales, se familiarice con las nuevas estructuras de la digitalización y sincronice su visión empresarial a la velocidad que marcan los nuevos tiempos. Es la hora del líder digital.