El cambio estacional representa perfectamente la hora bruja en el entorno de la bolsa, con muchos momentos tensos y grandes volúmenes de contratación.
Macbeth, la mítica obra de Shakespeare, comienza diciendo:“ Where shall we three witches meet again?” (¿Dónde nos reunimos las tres brujas la próxima vez?).
Y parece que efectivamente lo hacen, al menos en el mercado bursátil, coincidiendo casi con los cambios de estación. La última hora de negociación en la bolsa del tercer viernes de marzo, junio, septiembre y diciembre es un momento tenso en el que se produce un gran volumen de contratación y con ello aumenta también la volatilidad.
Hora bruja para los inversores en bolsa
Es la llamada “hora bruja” o en inglés Freak Friday, queriendo indicar que es un viernes raro. Se trata de un fenómeno que ocurre cada año, una y otra vez, y en el que se producen 60 minutos especialmente tensos y emocionantes entre los inversores.
¿Qué sucede exactamente durante esa hora bruja? Cuatro veces al año, en la última hora de contratación del tercer viernes de tales meses, coinciden los vencimientos de los contratos trimestrales de opciones y futuros sobre índices y las opciones sobre acciones.
Es a lo que tradicionalmente se llamó la “triple hora bruja”, que recientemente se ha pasado a denominar la “cuádruple hora bruja” porque ahora vencen también los futuros sobre acciones.
En el mercado norteamericano no existen los futuros sobre acciones ya que se prohibieron para evitar manipulaciones en las cotizaciones. Por eso, en EE.UU. se sigue denominando ‘triple hora bruja’.
Freaky Friday en la bolsa: un día con muchos volúmenes
Los inversores tienen que decidir si dejan expirar sus derivados o si los cambian por el próximo vencimiento. Aunque muchos inversores suelen cambiar de contrato durante la semana del vencimiento, llegan al último día aproximadamente el 5% de las posiciones, lo que implica todavía un volumen importante.
Esta coincidencia en el tiempo lleva a que se negocien volúmenes enormes en futuros sobre índices, opciones y acciones por parte de los inversores, liderados por especialistas en hedging e inversores buscando hacer arbitraje.
Éstos volúmenes llevan a causar una actividad frenética en solo una hora y con ello una enorme volatilidad. Cualquier noticia negativa que se produzca referente a la economía esos días puede llevar al pánico de los inversores ya que son días donde el nerviosismo está presente en los mercados.
En general, estas cuatro semanas del año suelen ser semanas alcistas y, en concreto, la sesión del viernes en que se producen estos vencimientos siempre son jornadas de mucha volatilidad y elevado volumen.
Impacto en todas las bolsas
Pero ¿a qué hora aparecen las brujas? Los vencimientos no son a la misma hora en todas las bolsas. En el Ibex, el vencimiento de derivados se produce entre las 16.15 y las 16.45 horas.
En el EuroStoxx tiene lugar a las 12.00 horas y en el Dax alemán a las 13.00 horas. En Wall Street el vencimiento de los derivados es a las 14.30 horas. Y de las cuatro citas anuales, la del mes de diciembre suele ser la más importante de todas ya que cierra el año fiscal. Muchos operadores cuelgan el cartel de “Cerrado por vacaciones” y no vuelven hasta después de Reyes.
¿Pero cómo se puede proteger el inversor corriente de ésta volatilidad? En primer lugar es importante tener identificados estos días en nuestra agenda, igual que el de nuestro aniversario, para que no nos pille desprevenidos.
El inversor de a pie, como nosotros, ese día no debería operar o si lo hace debe estar muy pendiente para ver si puede cazar alguna ganga. Si tenemos alguna orden de compra o venta activa en ese momento se nos ejecutará y puede que no sea al mejor precio debido a la volatilidad de esa hora.
Un día para estar atentos…
Por ello deberíamos revisar nuestras órdenes de compra o venta y meditar si no sería mejor cancelarlas y volver a activarlas el día después.
También deberíamos revisar los stop-loss que tengamos activados y esperar a que el mercado vuelva a la normalidad, después de la hora bruja. En caso contrario, quizás vendamos nuestra posición cuando realmente el mercado esté a punto de volver su sitio.
Mito o realidad, recomiendo prudencia en esos cuatro días. A río revuelto ganancia de pescadores, pero ojo no nos ahoguemos.
Por Ricardo Zion – profesor de Finanzas en EAE Business School.