Directivos y Empresas

Las competencias del formador profesional, clave en la economía digital

Marcos Martínez Jurado, director de Desarrollo Técnico de Euroforum.

Con la economía digital y la transformación digital que las empresas tienen que realizar , resulta clave la elección de los programas de formación, el formador profesional y la adaptación del trabajador.

A raíz de la revolución de la Transformación Digital, resulta imprescindible que todas aquellas personas que componen las organizaciones posean la formación adecuada para hacer frente a todos los cambios que se producen continuamente en su entorno.

Ahora más que nunca, invertir en los empleados es una apuesta cargada de futuro y sentido común.

Cuando la formación cuenta con el impulso de la Dirección General y de Recursos Humanos, además del convencimiento de su utilidad por parte del cuadro de mandos y del resto de colaboradores, se convierte en una herramienta de gran utilidad para las compañías.

En un contexto de economía digital, a la hora de ser competitivos, es fundamental que tanto las empresas como sus profesionales sean conscientes de sus necesidades formativas de cara a resolver adecuadamente aquellos momentos clave que puedan aparecer en el futuro.

Saber escoger aquellos programas que mejor se ajusten a su realidad diaria, será otro factor de vital importancia en esta compleja cadena.

Desde esta perspectiva, elegir al profesional capaz de impartir la formación con mayores garantías de logro, será uno de los elementos decisivos en la consecución del tan esperado éxito.

[blockquote style=»1″]Existen competencias atemporales siempre bien valoradas y recomendables en cualquier formador profesional. Algunas de ellas poseen una condición nuclear y otras más axial[/blockquote]

El perfil del formador debe ser coherente con múltiples variables que conviene tener en cuenta: contenidos, objetivos, metodología, colectivos receptores de la formación, complejidad del programa, idiosincrasia y experiencia de los participantes, etcétera… Así pues, a pesar de encontrarnos en el epicentro de lo que algunas voces denominan la Cuarta Revolución Industrial, existe una serie de competencias atemporales siempre bien valoradas y recomendables en cualquier formador profesional.

Algunas de ellas poseen una condición nuclear y otras más axial pero, en cualquier caso, su concurso facilitará tanto el aprendizaje como la valencia positiva de la experiencia.

Estas son las competencias claves que conviene tener en cuenta en un formador profesional:

La economía digital traerá muchos cambios para las empresas
La economía digital traerá muchos cambios para las empresas
La formación en temas de economía digital es clave para mantenerse dentro del mercado laboral

[blockquote style=»1″]La habilidad de concebir nuevas dinámicas y metodologías combinadas con contenidos atractivos y novedosos, revierten en una mejor valoración de los programas y traslada interés por los profesionales[/blockquote]

Reunir estas competencias y obtener un desarrollo óptimo de las mismas, no solo serán clave para que el formador sea capaz de transmitir la formación adecuada para hacer frente a los cambios en el entorno profesional sino que, además, serán la llave para que su organización logre el éxito empresarial.

 

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